María Dolores Almeyda. Del libro Entre el cielo y el cieno.
Batiburrillo (Poema en tres actos)
He dormido profundamente apoyada en los principios
activos del relajante muscular. Me he levantado tarde,
he navegado por sueños pantanosos,
he cenado néctares de ambrosía
y le pregunto a la fuente dónde ha escondido el agua.
Las noches pertenecen a lo oscuro
y el silencio es el aliado de las simas del sueño
donde nos abrazamos para no perdernos
los que aspiramos a ser olvido en otra vida.
Agito la hierba y emerge un profundo olor a yerbabuena.
Saciada de sosiego y carente de hambre a mediodía
mi tiempo se limita a ser el ritmo lento
donde la monotonía de un efecto adormidera
provoca una pereza tenaz e impertinente.
Las noticias del diario dicen que el viento ha transportado
entre las nubes un desierto africano
y que ha llovido cieno toda la madrugada.
***
He comenzado a leer un libro que habla del olvido.
El olvido que seremos después de ser ceniza
y centro de una bala. Cenizas africanas
atraviesan la ciénaga y se dan un festín en el Estrecho.
He publicado fotos en el feisbu y he comprobado
que perdí a un amigo (vaya por Dios, cuánto lo siento).
He tomado una cerveza muy fría, o dos,
he asistido a la pelea de unos gatos encrespados a muerte
que se disputan el disfrute de una sardina muerta.
(Me divertí clínicamente cínica, cruel y descarnada).
***
He escuchado rumores de palabras
que han viajado con un resto de viento perezoso
cargado de cenizas y se quedó atrincherado entre las ramas.
He quedado seducida por los pájaros
que hacían acrobacias por el aire.
He pensado que tengo alma de pájaro.
Que he sido o que seré pájaro alguna vez,
y aunque aún no he aprendido a volar, puede que aprenda.
No quiero ser hormiga ni gato solitario de este pueblo.
Ni afonía ni olvido ni alguien confundido
que se equivoca de sueño y conjura el sigilo
con un cigarro de oscura marihuana.
No quisiera ser el amigo que se me dio a la fuga.
No merece la pena añadir nada. Se cierra la tarde
y en la página que he terminado de leer
hay un hombre que acaba de morir
asesinado en la puerta de su casa en Medellín
(Colombia).
Breve bio
María Dolores Almeyda, natural de Sotiel (Huelva) de profesión su casa, escribe de vez en cuando para sentirse bien con ella misma.
Ha publicado desde 2011 por orden de aparición, los libros de poemas Versos clandestinos, La casa como un árbol, Pequeños versos furiosos, Instrucciones para cuando anochezca, El valle inacabado, El sol no arde mejor en primavera y Entre el cielo y el cieno, recién aparecido; Algunos van a morir y Mundos, libros de relatos; Veintidós estaciones y Dos flores de loto, novelas.
Asimismo ha participado en media docena de antologías de diferentes temas literarios, revistas de poesía y otros libros compartidos de tres y cuatro poetas.
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TítuloMaría Dolores Almeyda. Del libro Entre el cielo y el cieno.