1. Buenos días, Máximo. Recientemente, has publicado tu primera obra, “Espiral”, una novela política con elementos sociales y dramáticos. ¿Existe algún paralelismo entre tu pasado y la historia familiar de Leonardo? Ambos procedéis de familias italianas, aunque nacisteis en Argentina...
Confieso que Leonardo es el personaje que más he detestado cuando acabe el libro. Su manera de ver las cosas y tratar de anteponerse ante los desafíos de su aventura me han irritado mucho. Sin embargo, es cierto que tenemos cosas en común. Compartimos esa doble nacionalidad y esa especie de viaje infinito mental de “ida y vuelta” entre el país de nacimiento y el país de adopción. En el fondo, Leonardo es un símbolo de la profunda identidad argentina y creo que existen millones de Leonardos dando vuelta en el país. Algunos son conscientes de ello y otros menos.
2. En tu novela abordas temas delicados y muy actuales como la corrupción, la integridad, la violencia, las drogas y el narcotráfico. ¿En algún momento te sentiste limitado o vetado al escribir sobre esta historia?
No. Nunca sentí miedo a poner en la mesa algunos de los temas que destruyen una sociedad. Al contrario, mi motivación ha sido justamente romper las barreras de lo que se puede decir y de lo que no. El problema es que no sé si hubiera podido escribir esto viviendo en Argentina. Tal vez hubiera sido imposible tomar distancia y animarse a pensar un escenario futuro del país en Buenos Aires. Hay cosas que pasan todos los días que parecen ciencia ficción y algún lector ya me ha dicho que mi escenario se ha quedado corto… eso me preocupa.
3. ¿Qué autores favoritos tienes ? ¿Nos puedes nombrar 2-3 títulos con los que hayas disfrutado mucho?
Por ejemplo:
- Michel Houellebecq; su libro "Sumisión" ha sido de gran inspiración
- Javier Cercas, "El impostor"
- Jorge Luis Borges
4. ¿Cómo fue el proceso creativo de la novela, desde que la idea surgió en tu mente hasta que finalmente tomó forma?, ¿Cuáles fueron los principales dificultades que encontraste al escribir "Espiral"?
La novela nació entre la masacre salvaje de Charlie Hebdo en Paris y la muerte del fiscal Nisman en Argentina. Estuve bajo shock durante todo un mes. En ese momento, un periodista me ofreció un espacio para escribir algo sobre la democracia en Europa y América Latina. Le dije que escribiría una editorial para su periódico, pero entendí rápidamente que necesitaba más tiempo para digerir lo acontecido y reflexionar. Al cabo de tres semanas, llamé al periodista y le dije que no escribiría nada porque necesitaba más que cuarenta líneas para decir lo que pensaba. Él me dijo que buscara la forma de capturar todo lo que me pasaba por la cabeza ya sea con un blog o un libro. Ese dialogo murió allí y a los dos meses empecé a escribir los primeros capítulos. Los primeros tres fueron rapidísimo. Pensé que se trataba de un ensayo. Pero me equivoqué y la evolución fue de altos y bajos. Fue tan insoportable que estuve muy cerca de abandonar la historia por la mitad, pero unas vacaciones en el mar y la mente libre me desataron otra vez hacia el final de la historia.
5. A tu parecer, ¿cuál crees es el punto más atractivo que el lector encontrará en la novela?
Algunos lectores me han comentado que “Espiral” tiene dos grandes momentos: la gestación del espiral y la reacción de los personajes principales en el mismo. Lo que divide estas dos secuencias es la muerte del ídolo máximo del país. Si me preguntas a mí, yo me quedo con la transformación de los personajes principales ante la sacudida social que implica la violencia, las elecciones y los narcos. Algunos personajes niegan la realidad, otros huyen y otros quieren ser héroes. Esa divergencia me parece vital en toda la novela.
6. ¿Bebe "Espiral" de alguna fuente de inspiración o referencia, ya sea literario o cinematográfico?
La ficción “sumisión” de Michel Houellebecq es la fuente principal. Este hombre se animó a plantear escenarios políticos impensados en Francia. Me pareció revelador y con una enorme nitidez en cuanto a la descripción de la transformación de una sociedad compleja.
7. Desde tu perspectiva de politólogo, ¿cómo ves Europa? ¿Y el futuro de Latinoamérica?
Europa es como un globo que está desinflándose. Un continente que se ha drogado con pesimismo y derrotismo. Una ciudadanía dispuesta a criticar a todos los políticos de turno y no asumir responsabilidades. Un continente a la deriva. Dicho esto, estoy convencido que la generación Erasmus de los milennials van a cambiar radicalmente el continente. Son actores de cambio que quieren reinventarlo todo y, si se lo proponen, darán a Europa un gran empuje hacia el futuro. Creo que el fin del clivaje ideológico izquierda/derecha es un signo evidente de los nuevos tiempos políticos que se avecinan. Gestionar este vacío y reformar la UE es elemental para evitar corrientes populistas y extremas.
Latinoamérica vive un momento de inestabilidad preocupante. El caso venezolano demuestra que las democracias no han superado su tentación populista y la idea del gran caudillo que todo lo controla o corrige sigue siendo fuerte. La corrupción en Brasil y la violencia en Argentina y México son otros ejemplos de estados que no han sabido fortalecer las instituciones y crear actores intermedios que refuercen la democracia desde los ciudadanos hacia los líderes y no solo viceversa. Una democracia fuerte no necesita esperar elecciones para alimentarse sino que requiere de una sociedad civil fuerte: asociaciones, fundaciones, universidades que representen a los ciudadanos y pongan presión a los decisores políticos durante cada día del calendario.
8. ¿Crees que la honestidad y la integridad son incompatibles con la política?
No. En la era de los “Fake news” nunca hemos estado tan lejos. La banalización del “todos roban en política” es horrorosa y peligrosa. Creo que la corrupción se ha extendido en gran parte del sistema mediático también. El marketing ha remplazado los programas políticos y el Twitter es utilizado como gacetilla personalizada de los egos de los políticos. Esta individualización del branding político es obscena y contradictoria con la función de los cargos públicos. Hoy no podemos distinguir entre un spot de un jefazo de un multinacional y aquel de un presidente… Vivimos en una especie de surrealismo político digital absoluto.
9. En tu historia, el proceso independentista de Cataluña no solo ha sido viable sino que además ha sido un rotundo éxito. ¿Qué posibilidades reales hay de que eso ocurra en el futuro?
No sé si es exitoso. Lo que propone “Espiral” es un escenario que, para algunos, puede ser tabú o casi “irrespetuoso” o “inmoral”. ¿Cómo es posible adjudicar categorías de ese tipo a un tema tan delicado? ¿Acaso convertir un tema político en tema tabú no es mistificarlo? ¿No creamos expectativas falsas en la cabeza de los ciudadanos al reprimir ideas incomodas posibles? Otro ejemplo es Brexit: negaron y minimizaron tanto la posibilidad de que sucediera que crearon una verdadera alternativa posible y dieron espacio a las emociones y miedos de la población para probar “lo nuevo”. El peligro de este mecanismo de negación o minimización es el reemplazo del debate político por el reality show.
10. Así mismo, ¿cuál es la probabilidad de que América Latina se alíe en una "Unión económica sudamericana"?
¡Ninguna! Creo que Latinoamérica necesita crear bases institucionales fuertes a nivel nacional y luego apuntar a una integración estratégica.
11. ¿Podrías adelantarnos en qué proyecto estás trabajando ahora?
No sé si puedo adelantar mucho. Con los comentarios que estoy recibiendo de los lectores, tengo ganas de empezar otra novela. Un profesor de historia me preguntó: “¿Hay segunda parte de Espiral?” Y mi respuesta fue: “Ahora le toca a Europa. Lo dejo allí”.
12. Un último comentario para tus lectores.
No sé si estoy plenamente satisfecho con este libro. Creo que la mejor recompensa está en manos de los lectores. Es muy curioso pensar que una ficción puede cambiar la forma de pensar, provocar emociones o crear dudas. Lo sabremos en un par de años.
Mi combate no es político. Mi verdadera lucha es activar la imaginación de los jovenes que creen y aman el pais en donde nacen. Mi lucha es emocionar por cuestiones que escapen a la pasion futbolera y que incidan en cuestiones fundamentales como la democracia, la eduacion y el debate democratico.
No tengo miedo a la crítica. Sinceramente, esa es mi fuente de inspiración. Me encantaría sentarme en un café con cualquier lector y que me diga lo que piensa sobre todo. Me gustaría ver la frustración convertida en reflexión. Eso seria grandioso.
Entrevista realizada por Georgia D., responsable de Marketing y Comunicación en @promocionLibros de Twitter