De nuevo la política lo ensucia todo. Ahora Antonio Banderas.
De nuevo la política vuelva a ensuciar la cultura. Los proyectos culturales. Las "inversiones" culturales.
Ahora le ha llegado el momento a Málaga. Tras la aberración de la modificación de la literatura en bachillerato, ahora diversos grupos políticos consiguen que un importante proyecto cultural para la ciudad de Málaga de quede fuera.
Banderas, Antonio, uno de los actores más internacionales del panorama español, y sin lugar a dudas del panorama andaluz, se retira de un ambicioso proyecto cultural. El Proyecto Astoria.
Hace ya varios años el ayuntamiento de esta ciudad compró un espacio céntrico, cerca del Museo Picasso, para crear un importante equipamento cultural.
Tras la inversión de 20 millones de Euros, aquello esperaba su destino.
A finales de enero de este año acabó la presentación de ideas para un ambicioso proyecto.
Al pobre de Antonio va y se le ocurre presentarse con el arquitecto Seguí y con la empresa starlite.
Y llegó la guerra. Algunos partidos políticos se dedicaron a maltratar, a insultar, a machacar a este actor, que por cierto venía con su dinero y por supuesto sus contactos internacionales en el ámbito cultural.
Entiendo, entendemos muchos, que está claro eso les ha molestado mucho a estos advenedizos. Estos que solo pretenden un politica cultural plenamente dirigida desde lo público. Recuerdan mucho a las políticas culturales de Franco o Stalin.
Antonio Banderas ha demostrado muchas veces que ama a su tierra, que se entrega por la misma. Su dinero y su conocimiento era el que se ponía encima de la mesa.
Por supuesto que los terrenos son del ayuntamiento de la ciudad, claro que desembolsó un dinero, pero ahora hay que ponerlo en uso.
Antonio en su carta de despedida del proyecto, y antes, ha hablado de posibles acercamientos con el instituciones como el "Actor's Studio, las escuelas de interpretación de Stella Adler de Los Ángeles, el Roundabout Theatre de Nueva York, etcétera".
Una ambiciosa idea que obviamente eclipsaba el bajo nivel de algunos políticos que lo que deseaban era ser protagonistas.
Málaga, Andalucía y España ha dejado, de nuevo, pasar una gran oportunidad. Millones de euros se quedan en el camino. Cientos de puesto de trabajo se han ido.
Todo por la búsqueda de notoriedad de los insatisfechos políticos.
Seguimos haciendo daño, mucho daño, a la cultura de este país.
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