Encuentros con la creatividad: Rafael Franquelo Morillas.
Cultos para ser libres. Es decir, (José Martí) daba por hecho que la libertad del individuo está al lado de la cultura.
Cuando se trata de hablar de personas con una trayectoria cultural importante y larga, se nos presenta una oportunidad de aprendizaje que no debemos desaprovechar. Encuentros con la creatividad hace parada esta vez con Rafael Franquelo Morillas, malagueño de nacimiento y veguero de corazón.
Pocas son las personas que ofrecen continuamente su saber y lo ponen al servicio de la sociedad donde habitan. Gran Canaria y por supuesto la Vega de San Mateo han sido escenario del desarrollo del pensamiento y creatividad de Franquelo. Acerquémonos un poco más a esta figura cultural, imprescindible en el devenir más reciente de Vega de San Mateo.
DogArtes (D): Hola Rafael. Comenzamos esta entrevista agradeciéndole que haya querido colaborar con nosotros. Ochenta y un años que cumplirá en abril de 2023. Rafael Franquelo nace en la provincia de Málaga y termina residiendo y dando clases en un pueblo como San Mateo, en la isla de Gran Canaria. ¿Cómo son los inicios de Franquelo? ¿Podría resumirnos su hoja de vida, que comienza en Málaga?
Rafael Franquelo (RF): Hola, buenos días. La referencia a Málaga como lugar de nacimiento, la he alimentado a lo largo de toda mi vida. Aunque nací en otra zona de Andalucía siempre me he sentido malagueño, sobre todo desde que mis padres se mudaron a esa ciudad. Mis padres eran maestros y terminaron dando clases también en Málaga. Y yo, como fui desde niño, siempre adopté Málaga como ciudad de nacimiento aunque resulte que no nací ahí, sino en otra zona de Andalucía que además nunca la menciono, y es como un secreto. Hay veces que en entrevistas he aparecido como cordobés, como granadino, y yo siempre me callo la boca y digo que donde quieran. Lo que sí es cierto es que estoy muy vinculado con Málaga, eso sí es verdad.
Bien. Málaga, como sabes, últimamente está muy de moda, porque ha tenido un crecimiento. Se reconoce que es la segunda ciudad que crece más en población y tiene muchos museos. Ha aportado al mundo cultura, pintores, poetas, narradores, etc. Aunque me vine a vivir a Gran Canaria, muy joven aún, siempre pasaba los veranos en Málaga. Sin embargo, hoy día, ya jubilado, he decidido terminar mi vida en esta isla mágica que tanto me ha aportado.
Quiero decir, que yo me siento ya veguero de corazón. Estoy viviendo en Cueva Grande, como es conocido, con mis gatos y dos perritos. Mis inicios realmente fueron en Málaga, porque era ya una ciudad culturalmente muy avanzada. Ya citaré a lo largo de la entrevista, cómo uno de mis maestros, Jorge Lindell, ha sido un pintor muy importante en Málaga, y me enseñó muchísimo; reunía muchas cosas y yo aprendí muchísimo también de estas vivencias.
Ese es mi origen en Málaga. También estuve de maestro en la provincia de Málaga en varios sitios, pero sería muy largo de explicar todo esto. Mi padre era de Antequera y mi madre de la provincia de Jaén.
D: Haber nacido en Málaga ha supuesto para usted tener como grandes referentes al cubano-mexicano Felipe Orlando y al también malagueño Jorge Lindell, como ya comentó. Realizando un corto recorrido, Orlando destacó por ser un personaje reivindicativo ante la política latina y estar muy vinculado a las corrientes vanguardistas cubanas allá por los años treinta del siglo XX, alcanzando la abstracción a su llegada a España en la década de los sesenta. Atraído por la antropología, Felipe Orlando reflejó a la sociedad cubana a través de sus creencias, política y religión. Algo muy atrevido. Por su parte, Jorge Lindell desarrolla una carrera artística vinculada en gran parte al informalismo y con la materia como una de las grandes protagonistas de su obra. Lindell fue un artista influyente en el arte malagueño en la época que le tocó vivir. Ambos creadores tenían una pintura muy personal y tendente a la abstracción a lo largo del tiempo. Y hemos de decir que Rafael Franquelo no se queda atrás ante este panorama. Franquelo, ¿Podría comentarnos cómo fue su relación con Felipe Orlando y Jorge Lindell, y de qué manera estos dos personajes influyeron en usted? ¿Fueron piezas clave para que arrancara en el ámbito de la cultura y de la política?
RF: Efectivamente es lo que acabas de afirmar. Sin duda alguna Jorge Lindell y Felipe Orlando fueron mis maestros. He dedicado gran parte de mi vida al estudio de su aporte político y artístico. No tengo palabras para explicar el gran aprendizaje de su obra y pensamiento. Tuve correspondencia, visita personal, desde que los conocí hasta su desaparición física, y digo bien, porque ellos están vivos en mi mente y en mis sueños.
Los conocí a la misma vez, y asistí a su taller, en el caso de Lindell, y a su tertulia en el de Orlando. Lindell era un motor cultural y creó colectivos como el Colectivo El Palmo; tenía un taller de grabado donde él podía enseñar a la gente a grabar, gente que tenía cierta preocupación, pues en el grabado Lindell fue un auténtico maestro. A lo largo de su obra se fue acercando siempre a la abstracción, y como no le gustaba mucho lo de las escuelas, probablemente se sentía dentro de la vanguardia. La vanguardia es una palabra muy amplia pero lo recoge todo. Yo aprendí de él, primero, porque lo conocía desde antes de venir a Canarias, y segundo porque todos los veranos terminábamos con las tertulias en casa de Jorge Lindell o en casa de Felipe Orlando, que estaba en Benalmádena.
La historia de Jorge Lindell es más conocida porque es malagueño, era amigo nuestro, y la de Orlando fue a partir de cuando se instala a vivir en Benalmádena.
Puedo contar una anécdota que hace justicia a Orlando, en este caso. Él tenía una colección de arte precolombino mil millonaria que había ido coleccionando a lo largo de toda su vida. Él la donó gratuitamente al pueblo de Benalmádena. Se la regaló al pueblo y allí hay un museo, Museo de Arte Precolombino Felipe Orlando, lugar donde están las piezas que él donó más las piezas que el propio museo ha ido adquiriendo. Puedo decir que en algunos momentos se ha dicho que es uno de los museos más importantes de Europa, y él lo donó primero a Málaga, quien rechazó la oferta, y se la aceptó un pueblito como Benalmádena, y entonces Benalmádena tiene hoy ese museo.
Orlando llegó a ser reconocido por grandes intelectuales latinoamericanos como una de las figuras latinoamericanas más importantes. Esto no es la pasión de la amistad, ni la pasión de haber sido alumno de él, por decirlo de alguna manera, sino que existe documentación, necesaria, que dice que Felipe Orlando fue una de las figuras, tal vez para mí, de las más importantes de América Latina, y la he tenido tan cerca, y he aprendido tanto… Él me enseñó la literatura cubana, argentina, etc., y me hablaba de los autores que había leído, de los autores que más habían influido en él. Llegó a tener premios literarios, pues era escritor además de pintor. Como pintor, lo mismo, magnífico. Animo a la gente a que vaya a ese museo, que vaya a Málaga, a Benalmádena, que con las buenas comunicaciones que tenemos hoy, es relativamente cercano.
Estaría hablando toda la mañana sobre Felipe Orlando y Jorge Lindell, los dos influyeron muchísimo en mí y fueron dos grandes figuras. Es una suerte, como sabes, haber contado con ellos.
D: Rafael Franquelo ha sido una persona también muy unida a África, hasta el punto de mostrar su relación con este continente en la pintura y también en la literatura. De igual modo ha defendido un nacionalismo canario y se ha mostrado crítico con la política regional…
RF: Cuando me sitúan muy unido a África y defensor de una importante relación con el continente, debo confesar que estudié muy a fondo su pintura, cerámica y literatura. A veces solicitan que dé un taller sobre alguna de esas materias, y los resultados han sido muy beneficiosos para los alumnos y para mí.
He defendido un nacionalismo canario abierto a la cultura. Un pueblo debe conocer como mínimo, su historia y geografía. Y no lo digo yo, sino la UNESCO. Cuando preguntas sobre la crítica a la política regional, debo reconocer que los bríos de juventud se atemperan, y nos hacen más tolerantes hasta con opiniones que antes no toleraba. Creo que mis 80 años ya superados merecen que dedique mi esfuerzo por la cultura y una faceta ecológica cada vez más sensata. Me explico, no es despejar balones fuera en la pregunta. Yo políticamente soy conocido, como se cita en la pregunta. No he renegado de nada de mis creencias. Lo único que me he hecho es más tolerante porque he descubierto que las personas, independientemente de la ideología que tengan, las divido en dos grandes bloques: Uno, buena gente; y otro, algo que la palabra sería muy fuerte para decirla.
Ahora bien, sigo muy vinculado, y no olvides que algunos de mis hijos tienen nombre africano. Siento un cariño tremendo por el continente y vivimos también en África de alguna manera. Hay gente que ignora que Canarias es un archipiélago africano, y lo que pasa es que depende políticamente de Europa, etc.
No he renegado de mis creencias, pero sí es cierto que donde he estado militando, en algún grupo político, siempre me designaban la parte cultural. Era el aspecto en el que trabajaba más a gusto, en la cultura. José Martí, la gran figura cubana, de origen canario por la familia, decía “cultos para ser libres”. Esa frase: Cultos para ser libres. Es decir, daba por hecho que la libertad del individuo está al lado de la cultura.
D: En la literatura, ha sido un escritor cercano a Víctor Ramírez, entre otros. ¿Qué podría contarnos Rafael Franquelo sobre su propia literatura y sus avatares con el colectivo literario canario? ¿Nos recomendaría alguno de sus escritos en particular?
RF: He tenido con Víctor Ramírez una amistad muy estrecha durante más de cuarenta años. Hemos publicado y hemos sido best seller. Suena a fantasía pero no lo es. En el año 76 hicimos una antología de literatura canaria para la escuela y para el pueblo en general. Cada vez que Víctor me daba las cifras, yo le preguntaba: “Víctor, ¿es cierto que esto es así?”. Sé que vendimos como siete mil ejemplares.
Se trataba de una época de un despertar del nacionalismo, la gente con la bandera de las siete estrellas verdes, las canciones, es verdad. Pero tuvimos la suerte de publicarlo en esos momentos. Y quiero decirte que, yo, que he tenido siempre mucha fe en la cultura, he encontrado en la literatura canaria muchos autores… Qué te voy a contar de Víctor Ramírez. Yo creo que ha sido el narrador más importante que hemos tenido en los últimos tiempos. Recomiendo, desde lo más cercano, “Cada cual arrastra su sombra”, publicado en la Biblioteca Básica Canaria, una joya que llegó a ser elogiada por el hoy Premio Canarias Ángel Sánchez, quien le hizo el prólogo y decía algo así como “van ustedes a leer fragmentos de los más importantes de la literatura canaria”. Pienso que el narrador más importante que hemos tenido en los últimos tiempos ha sido Víctor Ramírez, qué duda cabe.
Me hablas desde la visión de que hemos sido muy amigos y docentes en el mismo centro de Lomo Blanco y demás. Pero no digo estas palabras por eso, lo digo porque es así, es su valía real. “Además lo primero” es otro texto que recomiendo, y se trata de novelas cortas. Después tiene una cosa muy curiosa; algunos se pueden llevar una sorpresa cuando van a leer un texto de Víctor y ven que es distinto a la última vez que lo leyeron; y es que constantemente lo agranda, y de un cuento hace una novela. Tiene una gran facilidad de publicación. Él se reía con mis bromas cuando yo le decía “has escrito más novelas que Pérez Galdós”, se reía un montón. No miento, Víctor Ramírez tiene muchísimas novelas publicadas. A veces hace ediciones, que yo me llevo las manos a la cabeza, cuando veo que de una edición ha hecho tal vez cuarenta o cincuenta ejemplares. Así como en los primeros tiempos éramos tan valientes que nos metíamos en ediciones de miles de ejemplares, y lo caro que era. El tiempo ha hecho que las ediciones sacadas, en algunas colaborábamos juntos, fuesen más cortas porque era costoso.
Y bien, estamos tratando sobre literatura canaria. Ahora puede que levante brechas en algunos, y me importa poco pues expreso lo que pienso, que el mejor poeta para mí, de toda la historia, es el gomero Pedro García Cabrera. Qué orgullo de una isla pequeña con el poeta más grande, Pedro García Cabrera.
No obstante, no puedo separar mi amistad y mi reconocimiento a José María Millares, Agustín Millares, Pedro Lezcano, y hay un número de etcéteras que no pararíamos en toda la entrevista. No olvides que cuando Víctor Ramírez publica conmigo algunos cuentos y demás, yo había estado muy ligado al boom de la narrativa canaria, y siempre me acordaré que hasta esa época lo más que se conocía era poesía. Hablabas de literatura canaria y la gente te nombraba poetas; de narradores se mencionaban muy pocos. Había pocos narradores, salvo los clásicos, como Galdós, etc. Estamos hablando de los años setenta, que es cuando empieza el boom de la narrativa canaria y ahí ya aparece el equipo: J. J. Armas Marcelo, Luis León Barreto, Rafael Arozarena aunque era más mayor, Luis Alemany. Esto fue un escándalo literario que en Madrid, cuando hablaban de literatura canaria en la prensa, nos decían “los narraguanches”, nos echaban esos piropos. Como ya te he dicho, sobre esto podríamos estar hablando todo el tiempo, porque la he estudiado muy a fondo y estoy muy orgulloso.
Respecto a mi literatura, últimamente estoy haciendo poesía, me han traducido al italiano. Debo estar agradecido de por vida a nuestra querida Miren Steel que me ha hecho una traducción perfecta, y le he llegado a decir que me ha mejorado el poema, y se ríe muchísimo, somos muy buenos amigos. La edición que hice es muy elemental, y estudiamos que la portada fuese de Eliam Blue, que formamos un equipo muy bueno dentro de nuestro colectivo, y me siento muy orgulloso de ello.
Es cierto que he escrito cuentos, que aparecen muchas veces en libros que sacábamos Víctor y yo, y pensábamos en narrativa canaria, y sacábamos libros con varios autores, y ahí publicaba cuentos y demás. Como libro personal, publiqué una novelita que es la que siempre recomiendo y voy a tardar bastante tiempo en sacar otra como esta, que era “Amador Onuba en Valladolid”. Una noveleta, decía yo. Amador Onuba es un personaje que me ha estado dando vueltas toda la vida y se metió en esa novela. No sé si volveré a escribir alguna novela. Cuentos sí quiero escribir. Creo que vivimos en una época en la que cuentos cortos, en un cuadernito se pueden ir sacando. Es un reto que tengo, evidentemente. Yo sé que quiero trabajarlo con todo el cariño del mundo. Yo vivo con la literatura. La literatura es mi almohada.
D: Y con respecto a su pintura, cuenta también con una buena lista de exposiciones colectivas e individuales a su espalda, además de un buen número de proyectos realizados. ¿Cuál es el resultado creativo de Franquelo y de dónde viene?
RF: Bien, cuando hablo de la plástica canaria, en la que me incluyo, como es lógico, digo que el surrealismo sigue vivo, si bien hoy perviven Déniz, Alfredo Sánchez y cómo no, Julio Viera. No en vano la Bienal de Venecia ha tratado el vanguardismo y el surrealismo; hecho muy importante, que una Bienal se esté ocupando en la actualidad del surrealismo. Para nosotros es también muy importante Óscar Domínguez, Juan Ismael, Jorge López y algunos sin descubrir aún, como es el caso de Cristóbal Gil. Aquí quiero hacer un inciso.
Cristóbal Gil, Cristobalín, como le decíamos nosotros, era un alma gemela de Paco Juan Déniz. A veces veíamos la obra de uno y otro, y tenían tanta importancia, si bien cada uno en su estilo, pero que han sido los dos surrealistas de aquí - San Mateo- más importantes sin duda alguna.
El caso de Alfredo, al que también conoces, es tremendo. También un gran surrealista en un estilo, si quieres, entre comillas, más cruel. Espero que me entiendan cuando lo digo. Su obra tiene mucha fuerza.
Lo que sucedió con Cristobalín fue que de la noche a la mañana desapareció como pintor, aunque tenía una trayectoria tremenda. Hay una anécdota muy curiosa que siempre la recuerdo cada vez que he hablado algo sobre él en otros medios, como LEGADOS. Revista de Patrimonio Cultural. Su trabajo gustó tanto, que Jerónimo Saavedra le encargó un tríptico para felicitar una Navidad (1983), siendo presidente del Gobierno de Canarias. Eso era un orgullo para nosotros porque venía a las exposiciones de San Mateo.
Una de las cosas que hecho en falta es que hay muchos políticos que no han visitado en su vida una exposición mía, y son cargos públicos que no van a perder votos por ir a ver una exposición. No digo que los vayan a ganar, pero no los van a perder.
Yo estoy casi siempre trabajando muy cerca del surrealismo, como sabes. Últimamente, cuando me están hablando de mi plástica o de mi vinculación con el arte, habrás visto que estoy muy cercano a hacer performance, es decir, instalaciones. En la exposición “Desnudos”, que se está llevando a cabo en Arte Tinamar, aquí en San Mateo, he presentado una instalación muy simpática, que no la han entendido, cosa que me llega al alma. No la han entendido; entonces pienso: “Bueno, aún tengo algo que añadir o que contar, pues a veces no entienden lo que hago”.
Quiero hacer una película. No he citado el cine, que está muy vinculado con la plástica. Quiero hacer una película en la que van a tener mucha importancia mis gatos. Te podría hablar sobre los gatos en otra charla, y estoy tratando de ser lo más conciso posible.
Yo sigo pintando; de hecho, acabo de hacer un dibujo ahora mismo aquí, en esta mesa, mientras me entrevistas. Yo lo llevo muy adentro. Mi padre dibujaba muy bien, era maestro. Hacía unas acuarelas muy simpáticas y escribía algún cuento. Él se sentía muy orgulloso de mí. Tengo mucha influencia de mis padres. Yo me crié en un ambiente muy bueno. Mi padre maestro, mi madre maestra. Mi padre era un gran lector… Un ambiente con unos padres magníficos.
D: ¿Cómo fue su llegada a la Vega de San Mateo? ¿Qué pueblo encontró en aquel entonces, y cómo podría decir que ha cambiado?
RF: Bien. Llegué a San Mateo en el curso 1969-1970; estuve otro curso más y luego fui al Lomo Blanco unos años y cuando regreso aquí ya me quedo hasta la jubilación.
El pueblo que me encontré era un pueblo pequeñito con una calle nada más, la calle de la iglesia, la actual Calle Principal. A un lado y a otro, donde estamos sentados ahora -zona del Mercado- eran fincas. Estamos ocupando una finca, somos okupas de una finca.
Era un pueblo que tenía un algo. Voy a comentarte una anécdota que dice mucho. Hay un pintor, humorista, y con varias facetas más, Aquilino Saavedra. Escribía en La Provincia y en el Diario de Las Palmas con mucha gracia. Escribió algo sobre San Mateo que no se me olvidará nunca en la vida: “En San Mateo, los niños cuando nacen, no vienen con un pan bajo el brazo, vienen con un pincel”. Ya lo dijo todo, ¿no crees? Descubrí que este lugar era un pueblo de artistas. Imagínate, para hacernos una idea, uno de mis alumnos -no puedo mencionarlos a todos ahora, pues me alargaría mucho-, que fue quien más destacó rápidamente en el arte, fue Paco Juan Déniz. Tuve a Déniz como alumno con catorce años, y cuando empiezo a contar, sé que ha cumplido ya más de cincuenta años en la pintura y más de sesenta años de edad. Y pienso, si tú tienes esta edad, ¿qué edad tiene tu maestro? Es el chiste que me hago yo a mí mismo todos los días.
Me encontré con un pueblo maravilloso, mágico. Aquí sembrabas y recogías. Hay algunos alumnos con los que me cruzo aún caminando y les comento que se acerquen y les pido que si pueden recitar algún poema de los que aprendieron, y me recitan un poema de los que estudiaron en el año 69-70. Eso a mí me llega al alma, porque les animaba a que leyeran poesía.
Fue histórico que en los cursos superiores niños y niñas pudieran estar juntos. No olvides que la Inspectora Doña María Paz Saens de Tejera vino a separarlos. Se levanta una alumna llamada Juana, no recuerdo su apellido, que me perdone, y dice: “Nosotros no nos separamos. Estamos muy contentos de estar con los maestros juntos, niños y niñas”. Pues ganaron la batalla los alumnos. Fue la primera vez en el San Mateo de la postguerra, que niños, niñas y adultos estuvieron juntos. Fue histórico ese curso. Hoy día es normal, pero en aquella época era un escándalo.
¡Y espérate! El pueblo se cerraba a las nueve o a las diez de la noche. Había dos o tres bochinches y San Mateo era un lugar con mucha vida.
Yo soy un burletero, y me he definido así más de una vez. Muchas veces pensaba que esto iba camino de ser un “Vecindario”. Creo que con eso lo digo todo. Desgraciadamente creo que he visto demasiado cemento… Desgraciadamente. Pero entiendo que es ley de vida, que los pueblos cambian y que es así. Lo más que uno pide a quien tenga la potestad de que no se pierda, es que por lo menos el casco antiguo de San Mateo se mantenga.
El casco antiguo de San Mateo todavía tiene un encanto. Cuando hablamos de la zona de La Caldereta, a mí se me pone la carne de gallina. En La Caldereta está la caldera volcánica, que hay que verla; también el término de barrio, con mucha identidad. Ha estado allí el Colegio Viejo, que era el único que había. En la casa de los maestros estuve viviendo por lo menos cuarenta años. Imagínate si estoy vinculado al lugar.
D: Una vez establecido en La Vega, Rafael Franquelo se convirtió en una especie de mecenas local que animó, apoyó y empujó a muchos jóvenes creadores a comenzar sus carreras artísticas. Podría decirse que sin su apoyo inicial, quizá esos jóvenes lo habrían tenido algo más difícil para abrirse hueco en el complejo mundo del arte, aún más tratándose de una isla en medio del Atlántico…
F: Mi vinculación con los grupos artísticos… Recuerda que ya es histórico “Los Novísimos”. Siempre estuve intentando cuidar a los grupos. A veces poníamos “Grupo de San Mateo”, “Colectivo de San Mateo”. Tenía la certeza de que si trabajábamos como colectivo, sería más fácil organizar proyectos, exposiciones colectivas, etc., y no cada artista por su lado. Ya esto sucedía en Málaga, con Jorge Lindell y los pintores malagueños, que trabajábamos conjuntamente.
Gente como Paco Juan Déniz, Willy Rivero, Cristobalín, Miguel Hidalgo, toda esta gente se fue uniendo. Estuvo muy próximo al grupo Paco Viera, y sé que se lamenta muchas veces de no haber entrado en él, pero estuvo muy próximo. Exponíamos juntos con los colectivos, pero no llegó a estar en Los Novísimos.
D: No podemos obviar que varias generaciones de artistas estuvieron con usted. Destacamos a creadores como Juan José Gil, Rafael Monagas, los colectivos “Los Novísimos de San Mateo” o “Unicórnalo”, etc. Algunos de ellos artistas, hoy día, con una trayectoria destacable. Destacamos la exposición denominada “La Escuela de San Mateo”, realizada en el año 1976 en un antiguo local de la Calle Principal, y en la que ya participaron gran parte de los que serían años más tarde artistas locales reconocidos a nivel regional. Este apelativo –la Escuela de San Mateo o Grupo de San Mateo- hacía referencia al antiguo Grupo Escolar o Colegio Viejo, ubicado en la zona de La Caldereta, donde nuestros jóvenes protagonistas estudiaban. Cuéntenos algo más sobre estos colectivos y generaciones de artistas canarios, y por supuesto, vegueros. ¿Qué supuso vivir y ser partícipe de esos momentos?
RF: Primero he de aclarar una cosa. Rafael Monagas y Juan José Gil no estuvieron con nuestro colectivo, sino que ya ellos tenían un rodaje en el mundo del arte. Es de justicia reconocer que ya ellos tenían independencia en el caminar de la pintura, al igual que Ismael Marrero. Pero eso sí, estaban vinculados con nosotros. Es como si dijéramos, la primera generación de pintores, la segunda generación de pintores, y luego los más jovencitos, que eran casi adolescentes ya.
Tuve la suerte de lograr, con Miguel Rodríguez, que le tengo mucho cariño, donar muchas esculturas y que esté representado también hoy día en San Mateo. Quiero recalcar respecto a los colectivos, que siempre surgieron grupos a partir de esto.
Yo llevé la Casa de la Cultura de San Mateo, llevé el Taller José Martí, que a veces se nos olvida también, y colaboré casi siempre con un espacio que nos dejaron. Es decir, era muy fácil organizar exposiciones, y te puedo decir que a veces echo de menos aquella época. Recuerdo a presidentes canarios visitar nuestras exposiciones, y eso decía mucho. Espero haberme explicado con todo lo que quiere abarcar esta pregunta.
D: Un acontecimiento que consideramos clave para San Mateo, donde es posible decir que se afianza una democracia que tardó en llegar, tras una dictadura de décadas, fue en el año 1984, con la colocación del monumento “Homenaje al Pocero Canario”, obra de Miguel Rodríguez, en uno de los accesos al pueblo. Un numeroso grupo de jóvenes ayuda a la colocación de este hito histórico, marcando un antes y un después en las generaciones vegueras. Y por supuesto Rafael Franquelo estaba presente. Jerónimo Saavedra llegó a afirmar que en esa época se desarrolló “una especie de Renacimiento a la canaria y que todos se pusieron a caminar, a aportar, una generación a mediados de los ochenta, de pintores y en otros planos de Bellas Artes, igualmente se adquirió un empuje muy singular […]; era un grupo en San Mateo, insisto en San Mateo, que pusieron en marcha unas actividades culturales que venían también a contribuir a este Renacimiento canario, o a la canaria” (ponencia realizada en el Club Prensa Canaria, el 13 de mayo de 2019, en Las Palmas de Gran Canaria).
RF: Ahora estamos tratando un fenómeno muy curioso. Los colectivos de los que hablamos antes, casi siempre nos reuníamos en el Bar Adán, en el que hoy creo que se encuentra La Tertulia. Escritores, pintores y demás, nos reuníamos y allí surge la idea de que se haga la escultura de El Pocero. O sea, El Pocero nace de nuestras tertulias. Apoyamos, por supuesto, a Miguel Rodríguez, quien tenía también un interés tremendo por la cultura. Siempre estuvo donando escultura al pueblo sin cobrar un duro y me alegro que toques este tema porque es la primera escultura que se pone en el pueblo, y de él hay varias. En el instituto municipal también hay alguna escultura suya.
Miguel Rodríguez estaba muy vinculado a nosotros, pero no solamente vinculado porque le gustaba el arte y la tertulia, sino que inclusive nosotros llegamos -me apareció en un bloc entre mis papeles- a recoger palabras canarias de Tinamar, “Léxico canario de la zona de Tinamar”, lo llamamos, y lo hicimos juntos. Empezamos a recopilar palabras que no se conocían en otros sitios. Imagina la apertura de un Miguel Rodríguez, no solamente a la escultura, sino también a temas tan curiosos como el vocabulario y el léxico. Era muy normal que en aquella época tuviéramos inquietudes por cualquier rama del saber. Se daban clases de cerámica, se dieron talleres donde vino una chiquita de Lomo Blanco, y pusieron un telar en la Casa de la Cultura y la gente iba allí a recibir clases y a manejar los telares.
La colocación del Monumento al Pocero Canario fue un acontecimiento muy importante. A raíz de ahí ya hay escultura en San Mateo, y esta fue la primera. Fue un arrancar y además fue muy emotivo porque el día de la inauguración, siempre me acordaré, aparecían señoras con un ramo de flores y las ponían allí y decían: “Es que mi marido murió en un pozo”. Fue algo muy emotivo.
D: ¿Espera algo que no ha llegado? ¿Cree que es el momento de parar, o por el contrario, prefiere continuar ofreciendo más al arte y la cultura canaria y veguera?
RF: Sabes que en la actualidad defiendo con uñas y dientes el colectivo Las Tres Vegas, cuya idea era que no fueran artistas solamente de San Mateo, sino también de El Madroñal y Santa Brígida. Abríamos el espacio, el espacio mágico de San Mateo lo abríamos aún más. Hoy día esto ya se ha superado. Actualmente lucho, con todo el cariño del mundo, por que le demos un carácter incluso internacional. Habrás visto que muchas veces en las exposiciones colectivas que estamos haciendo aparecen artistas extranjeros, que consideramos compañeros y están perfectamente integrados en los proyectos que hacemos, que no nos fallan. Creo que si revisas los carteles de las exposiciones, muchas veces se repiten muchos nombres y entre ellos hay dos italianas, una polaca…
Nos parece que el arte que nace o se hace en Tinamar debe tener un carácter internacional. Lucho mucho por ello. ¿Mi sueño? Mi sueño es publicar por ejemplo en Génova, porque investigué y mi familia venía de esa ciudad italiana. Y como ya me han traducido al italiano, pues llevar allí con título italiano los cuadros.
En un 2023, que lo tenemos a la vuelta de la esquina, tenemos que hacer un esfuerzo tremendo para preparar algo grandísimo aquí. No es tirar la toalla, al revés. Me siento cada día más joven intelectualmente.
Le digo a mi hijo, la memoria me está fallando un poco, y me dice: “Papá, yo tengo muchos años menos que tú, y hay veces que me olvido de muchas cosas”. Procuro rendir al máximo, yo quiero hacer todo: Escribir; pintar; cine. Tengo ganas de hacer una película y ya lo he comentado a Eliam Blue, quiero que sea ella la directora pues está muy metida en esto. Yo le doy el tema, y quiero salir solamente de espaldas en la película con mis gatos, un fragmento. Y ese fragmento va a ir dedicado a los cineastas de vanguardia que están ahora como Tarantino y demás.
En la actualidad estoy estudiando literatura nórdica, estuve dos meses leyendo lituano, sueco y demás hasta conocerlos un poco. Después paso a qué poesía se está haciendo ahora mismo, y las dos personas que más me han impactado han sido la poeta de origen indio, residente en Canadá, fantástica, Rupi Paur y una afroamericana, Amanda Gorman, que fue quien leyó un poema en la toma de posición del presidente norteamericano, Jo Biden. Automáticamente se hizo la poeta más popular en todo el mundo.
Estoy leyendo las últimas novedades de lo que sale. Te puedo decir ahora mismo lo último que ha llegado. Si me preguntas, puedo decirte que ha llegado la última novela de Stephen King y ya la tengo. Ahora mismo tengo un interés de aprendizaje, pues siempre se está aprendiendo. Es así.
D: Ha llegado el momento de finalizar esta entrevista, y como siempre, agradecemos a nuestro protagonista de hoy en Encuentros con la creatividad, Rafael Franquelo Morillas, su colaboración. A modo de cierre, ¿hay algo sobre lo que no le hayamos preguntado y quisiera mencionar? No nos gustaría dejar nada en el tintero…
RF: Bueno. Has tenido la delicadeza de no entrar en mi vida sentimental. Hemos hablado de todo y hemos dejado a la familia un poco al margen.
Me habría gustado, sencillamente, que me hubieses preguntado, ¿qué filosofía de vida defiendes? Y te la voy a contestar ya mismo. Lo he explicado muchas veces, y he terminado defendiéndolo durante toda mi vida.
Nos encontramos en la calle muchas veces a un amigo que hace veinte años que no lo hemos visto. Y dice uno: ¡Qué casualidad! Pues bien, yo no creo en el azar. Estamos haciendo una mala lectura. No es qué casualidad, sino qué causalidad. Todo tiene una causa. Hay una causa. Vas pensando en un amigo y te lo encuentras, es porque estás deseando encontrarte con ese amigo. Y no ha sido el azar, ha sido que tú has despertado la causa por la que nos veamos.
Estás hablando con una persona que cree en la reencarnación, que nunca lo he negado. Y siempre he pensado que nada, nada es casual, es causal. Esa es mi filosofía de vida.
Por último, quiero hacer una petición a quien tenga en sus manos el poder hacerlo, que apoyen la cultura. Lo hemos repetido a lo largo de la entrevista, y lo sigo manteniendo a sangre y fuego, cultos para ser libres.
Desnudo. Aguafuerte. Obra seleccionada en el 10é Premi Internacional de gravat Mini Print de Cadaqués, de la Generalitat de Catalunya, año 1990.
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