La más pura abstracción de Arroyo Ceballos

 La plenitud del espacio, el sentido de las formas, llegan ciertamente a su máximo apogeo en la mente del creador. Si a ello le unimos la firme obsesión por realizar “la obra”, aquella con la que todos sueñan y muy pocos logran alcanzar, podemos decir como mínimo, que nos encontramos ante un trabajo elaborado, diseñado en concepto y firme acaparador de elementos formales figurativo - simbólicos, los cuales sin duda alguna fundamentan junto a la tonalidad y una maquinada técnica mixta la base y sustento de todo su trabajo.

La clave del mismo es la simplicidad, la suave transmisión de un todo dentro de la pureza que suponen unos trazos básicos y la utilización de una particular técnica mixta que dota a la obra del relieve y textura deseados. Una sustancial inclinación hacia todo lo que suponga el minimalismo tomado en el amplio sentido de la palabra, en el amplio sentido de su significación y predicado.

Su apuesta se centra en la indagación de un universo matérico en el cual el creador sintetiza los elementos y los dirige al espectador transmutándolos en forma de abstracción para que él mismo se haga partícipe voluntariamente del proceso creativo mediante la asimilación de su propia realidad y la conceptualización del gran campo espectral representado.

Dicha interactividad se nos muestra como referente de todo un proceso formal en el que autor y contemplador transmiten sus propios sentimientos y sensaciones, se interrelacionan a la vez que dan carácter de “no fijo” al sentido de la obra.

Todo ello resume la obra del autor cordobés Arroyo Ceballos cuya trayectoria viene avalada por multitud de galardones contando en la actualidad con  obra en más de treinta museos e instituciones de once naciones.

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