Beatriz Galiano Cáceres, "Palpando el Milagro desde el Alma"
Revista Blanco Sobre Negro (bSn).- ¿Cuándo comenzaste a sentirte atraída por la pintura?
Beatriz Galiano Cáceres (BGC).- Desde hace muchos años -porque empecé muy pequeña a sentirme atraída por las Artes Plásticas- practico el dibujo y la pintura; es un trabajo constante, duro y gratificante. Puede ser un don, pero no hay duda de que hay que luchar para lograr, todo se trata de un pensamiento y una práctica que no tiene fin, esto es aprender y atreverse en lo infinito.
bSn.- ¿Cómo llegas a la abstracción?
BGC.- Aparte del dibujo, en el tema de la pintura encontré una manera nueva de expresión en mí, una vía para dejar correr todo lo que sentía con el color. Consiste en la abstracción. Me metí en el mundo de la abstracción sin saber exactamente en qué consistía, y sin ser consciente de la amplia variedad que contiene este tema; pero poco a poco, pintura tras pintura, mancha tras mancha, empecé a darme cuenta de que el contenido de mis obras comenzaba a marcar una dirección. Y llegué a la conclusión de que mis abstracciones siempre reflejan detalles de mí misma. Me descubro en ellas como si leyera, en cada una, un nuevo capítulo de un libro, que van formando un personaje, una historia...
bSn.- ¿Cómo te sientas cuando pintas?
BGC.- Me averiguo en cada pincelada. El pincel es el volante de mi alma, suelta mi propia pista, y todo a través del color, del trazo, de la transparencia... Voy plasmando señas que no sabía que tenía.
Me estoy conociendo poco a poco a través de mi pintura. E incluso me ciega tanto descontrol cuando estoy creando. El punto de la descripción de cada capítulo termina en mi firma. Resulta ser unos de los lenguajes más complejos y más bonitos que existen. Es una lectura interior.
bSn.- ¿Cuál es tu camino en la pintura?
BGC.- Me mantengo en la eternidad, con mi pasión por las cosas, la ilusión constante por algo, el cariño al misterio del sentir, las ideas claras, y el corazón bien puesto, como la cabeza amueblada. De esa manera, la plaza del sin fin la tendré siempre, no habrá final, sino un vuelo diferente.
Camino hacia lo que siento y lo que quiero. Hay muchos laberintos en esta vida, por ello decidí atravesarlos por encima de los cimientos que los construyen. Se acabó la búsqueda, encontré la salida sin pérdida y confié del todo en la eternidad que tanto me gusta.
Las brújulas que no apuntan a lo establecido son las mejores para guiarte en el camino. Mis andares... tienen esos ritmos.
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TítuloBeatriz Galiano Cáceres, "Palpando el Milagro desde el Alma"