Una breve incursión en el género vampírico: Drácula, The Hunger, Once Bitten y The Strain por G.R. Squire
Me gustan más la películas de vampiros que las novelas, he de reconocerlo. Más allá del maravilloso Drácula de Bram Stoker, un clásico indispensable en cualquier biblioteca que se precie -por supuesto también una joyita la adaptación de Coppola-, no he encontrado muchas más obras literarias que me hayan hecho vibrar con las historias de estos seres oscuros e inmortales, del inframundo, con el alma maldita, aunque entrañables, a veces.
De Crepúsculo ya he avisado que no voy a comentar nada, bueno, casi nada, una saga para adolescentes, con decir que los pseudovampiros brillan con la luz del sol... ya está todo dicho. Y, de Entrevista con el Vampiro, me parece una novela correcta y entretenida, aunque demasiado recargada y algo snob -igual que la adaptación en la gran pantalla de Neil Jordan, para mí adolecen de los mismos pecados-, y de sus secuelas, más de lo mismo.
No obstante, en los dos últimos años, me he encontrado con obras interesantes basadas en el género vampírico que, en mi opinión, merece la pena reseñar.
Mi odisea vampírica comenzó con la muerte de David Bowie, hace un par de años. Me dio por escuchar de nuevo todos sus discos y revisar varias de sus películas, es lo que tiene ser un nostálgico empedernido de los 80`s -¿por qué nos dejaste desamparados en este mundo en blanco negro? nunca te lo perdonaré, David-. Fue precisamente una revisión de la película The Hunger (El Ansia), en la que aparecía junto a una bellísima Catherine Deneuve la que me incitó a leer la novela en la que se basaba; una cinta que rodó el hermanísimo Tony Scott en 1983, sumamente perturbadora y visualmente una delicia para los sentidos, y que recordaba tener en VHS, regalo de coleccionista de un conocido dominical. He de decir que, para mi gusto, junto con Dentro del laberinto, una de las mejores interpretaciones de Bowie.
El caso es que la cinta me cautivó y me animé a leer el libro homónimo de Whitley Strieber, y una cosa llevó a la otra y me leí la trilogía que completaban los títulos The Last Vampire (2001) y Lilith's Dream: A Tale of the Vampire Life (2003). Comentar que la saga está muy entretenida y muestra una visión muy peculiar de los vampiros, pero la calidad decrece a cuenta gotas a medida que avanzamos con las secuelas. Esta trilogía me parece una rara avis por sus consideraciones prácticas sobre el vampirismo, como la dificultad de obtener víctimas y ocultar las muertes. El ansia también sugiere una explicación pseudocientífica para el vampirismo, estableciendo que los vampiros son una especie diferente, aunque con una apariencia física semejante a los humanos; yo, hasta les cogí cierto cariño y, en cierta medida, comprendí su ansia de sangre. No son realmente inmortales pero no envejecen tras alcanzar la madurez física y son extremadamente fuertes y difíciles de matar. Miriam Blaylock la bella y enigmática protagonista vampiresa -quien haya visto la película es fácil imaginársela como Catherine Deneuve- descubre que algunos rasgos de los de su raza, como la juventud prolongada, pueden transmitirse temporalmente a los humanos mediante una transfusión de sangre.
Después de leer esa trilogía recordé que en la biografía de Steaphen Leather había también una novela que abordaba el género vampírico, Once bitten. Como me había encantado la saga de Jack Nightingale, decidí darle una oportunidad y la verdad que no me defraudó. Escrita de un modo diferente a la trilogía de Strieber también aborda algunos problemas filosóficos y existenciales de los vampiros y su relación con los humanos, sus presas. Me gustó y me quedé con ganas de más, pero es libro único, quizás sea mejor así. La trama gira en torno al psicólogo policial Jamie Beaverbook y Terry, una chica de aspecto inocente que es descubierta en un callejón de Sunset Boulevard, con la boca manchada de sangre agachada sobre el cuerpo de un hombre. Una evaluación psicológica básica convence a Beaverbrook de la cordura de Terry y, sin embargo, no puede ignorar la evidencia que parece apuntar en una dirección extraordinaria. Se dice a sí mismo que no cree en los vampiros, pero después de indagar, comienza a darse cuenta de que las sombras de L.A. esconden un mundo donde las chicas como Terry nunca envejecen y donde la sangre es más valiosa que el oro. Agudo, ingenioso y deliciosamente siniestro, Once Bitten es un thriller del género más que correcto.
Y no satisfechas mis ansias de sangre fresca, continué con Guillermo del Toro -maravilloso director de cine- y su incursión en el género literario con The Strain,escrita a la limón junto a Chuck Hogan. Totalmente diferente a las anteriores novelas. Una caterva pseudovampírica que se desarrolla en medio de una amenaza apocalíptica en la que hay vampiros zombies, una tragedia familiar americana y gusanos saliendo de globos oculares. No está mal, como entretenimiento y diversión, pero únicamente la recomendaría para fans del género zombie. (Que no me oiga Guillermo, pero la verdad que cansa un poco, al igual que la serie. La primera parte de la trilogía pasable, el resto hay que tener cierto estómago).
Ahí paré; he leído que un descendiente de Bram Stoker iba a sacar una especie de secuela de Drácula, quizás sea la siguiente.
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