POEMAS DE JUVENTUD (IV)
XXVII
Pasan días y semanas
como hojas que desliza el tiempo.
Pasa la vida
y muere la mañana.
Es un misterio incierto.
Brumas de nubes,
beso a mis espaldas.
Es el amor que ha muerto.
XXVIII
Como un lago fluminante,
mar de lágrimas quejoso,
que besan al mar las conchas
en bravo y oscuro gozo.
Como crepúsculo ardiendo
tus besos funden mi rostro
y se aproxima la sombra
de un débil calor hermoso.
Cuando anochezca en tu vida
y tu espíritu esté solo
como la rosa marchita
que perdió su fruto todo
recordarás que te quise
como la zarza al otoño
a quien daba tenue vida
con lamentos irrisorios.
XXIX
Volverá a envejecer en mi alma joven
sobre dos primaveras y un recuerdo.
Volverá a envejecer junto a mil sueños
y a vivir en el fondo de lo inmenso.
Brotará desde el seno de la vida
y volverá a morir desde lo intenso.
Se alejará del Sol que era su enigma
y perderá la tierra entre sus dedos.
XXX
Cenizas de un cuerpo
que recuerda pasado
y medita en lo inmenso
entre un mar de fracasos.
Cenizas brillantes
de un cuerpo dorado
que puso en el mundo
esperanza…, encanto.
Cenizas que vuelan
con un viento alado,
con frágil aurora,
con vuelo ignorado.
Poemas de Juventud de Carmen Torronteras (III) |
XXXI
Te escondiste en la sombra
y me heriste en lo inmenso,
tu indiferencia daga
y tu palabra el miedo.
Te escondiste en la sombra
para urdir tu secreto
y sellar mortuoria
lo que tú y yo sabemos.
¡Cuán de amargo es mi llanto!.
Lo siento amor, lo siento
que el viento traicionero
huracane el recuerdo
y arrase en un momento
lo que tú y yo sabemos.
XXXII
Alma indefinida,
Incautivable esencia,
etérea a los oídos,
estática a la espera,
silenciosa al momento,
epígrafe que vuela
y extiende gorriones
con alas descubiertas.
XXXIII
Me heriste quebrantando
la unión de lo sublime y lo intangible.
Moldeaste mi silencio
y embocaste mi boca hacia el lamento.
Coronaste de espinas
sobre vago tormento
un encuentro muy corto
para amantes sinceros
y eterno y angustioso
para estertor de muertos.
XXXIV
Del pecho frío del poeta
nace una copla.
De la herida del muerto agonizante
una cruel queja
y del lecho
del cobarde y torpe amante
un desencanto que ahoga,
……apremia.
XXXV
¡Oh, soledad oscura
de espacios infinitos
que circundando van
el mundo del sonido!.
¡Oh, ramas lanzadoras
que entretejéis el hilo
y la vida una a una
os da un prosaico estilo!.
¡Oh, Luna de horizonte,
la Luna a que encamino,
divina y soñadora,
una mirada…, un himno!.
¡Oh, camino azulado
que viene a unir los ríos
por un cielo celeste
de abismos infinitos!.
XXXVI
Ya no sé recitar,
murió el poeta
como muere
el otoño envilecido,
acercando su alma
hacia el retiro
donde mi alma lo espera,
allá en el limbo.
………………..
Pasaba el tiempo,
pasaba la vida en precipicio
corriendo hacia el destino
sin herirlo.
Pasaba doblegando a cada sombra
y ni una sola lágrima
es camino.
Pasaba la vida a vida lentamente
por un túnel oscuro y mortecino.
XXXVII
Poema de libertad
que ruge el amor al mar
cuando observo taciturno
el romance de las olas.
Olas amantes que al abrazarse
con mil besos se tocan.
Las olas, que, sin cadencias,
afortunadas se rozan,
se aman, se precipitan,
se besan y se comparten
mientras, yo, aquí,
triste y sola
sueño en ti
sin alcanzarte.
¡Ay, olas depositadas,
escuchad este lamento
que lanza mi corazón,
es un poema libertario
que solo vuela hacia el Sol!.
XXXVIII
Dos vivos tesoros tengo
que en el mundo no hay igual.
Son mi espíritu y mi alma.
Dios me supo compensar.
XXXIX
Yo no he diferenciado
la cadencia del ritmo,
la vida de la muerte,
lo inmortal del abismo.
Yo no he diferenciado
lo etéreo e indeciso
pues me faltan las fuerzas,
¡no sé si es mi destino!.
No se diferenciar,
sólo amar y sufrirlo,
y saber cuándo acaban
una vida y mil siglos.
XL
El amor que regresa a ras del tiempo,
al trasluz del crisol enamorado
mientras vuelve eterna la Luna
en pardo encanto.
El cielo que a espacios infinitos
se abre día a día
al mar y al vino.
La aurora que gime una mañana
y no muere al crepúsculo o al alba.
Lo eterno, lo ingrávido
y lo limpio.
La Luna vuelve al cielo por hechizo
porque sin Luna, tú y yo,
no somos himno.