A través de la maravillosa edición de Agosto de Yunta Fanzine (IG: @yunta.fanzine) de Luis Guillón, Pcia. de Buenos Aires, donde se puede encontrar desde poesía, cuentos, hasta ilustraciones y fotografías, que está bajo la dirección, edición y diseño de Nadia Orcellet, hemos tenido el privilegio de entrevistar al cantautor y gestor cultural Rodrigo Abal (Ciudad de Buenos Aires; 1988), quien nos va a contar acerca de sus primeros encuentros con la música, sus inspiraciones y los procesos creativos que atraviesa para componer sus letras.
Por Pablo Andrés Rial
“Rolo”, como lo llaman sus amigos, viene de una familia de artistas, algo que despierta en él desde temprana edad un interés por el arte. A lo largo de los años, se fue sumergiendo en distintas disciplinas: estudió cine, literatura y música.
Es el creador de grandes canciones entre ellas “Calesita”, “El Enrosque” y “El campeón de los excesos”, todas poseen fieles reflejos de un estilo propio, muy característico que lo distingue y lo convierte sin duda, en la marca propia de Rodrigo.
P: ¿Cómo fue tu primer encuentro con la música?
R: Empecé a tocar la guitarra y a cantar canciones en los últimos años de la secundaria motivado sobre todo por amigos y compañeros, en mi familia también siempre circuló mucho el consumo artístico, se veían muchas películas, mi viejo viene del palo del cine, se leía mucho, se escuchaba mucha música, el aprendizaje del instrumento y del canto lo recibí de amigos y gente cercana, tengo familiares músicos, y después fue todo bastante anárquico y autodidacta.
Hoy por hoy, después de haber investigado, y estudiado tanto instrumento, canto música, cine y literatura, rescato lo anárquico del impulso creativo, siento que está bastante emparentado con lo que entiendo o con lo que para mí es el arte o la música, como algo que existe solo por el deseo de que exista sin estar al servicio de los sentimientos, ni de la representación de la realidad, solo está a merced del impulso creativo.

P: ¿Para qué crees que sirve escribir canciones?
R: Para mí escribir canciones no sirve para nada, sirve solo para escribir canciones, después uno puede usarlo para lo que quiera, para hacer dinero, para expresar sentimientos, o ayudar al otro a sentirse identificado. A mí, particularmente, me gusta usar las canciones no para representar la realidad sino para romperla de alguna manera, mostrar cuál es el glitch, cuál es el error, preguntarse qué es lo que solo puede suceder en la canción, algo que no puedo contestar de otra manera que no sea haciendo canciones.
P: ¿De qué manera nacen las letras que escribís?
R: Cuando empiezo a escribir una canción generalmente es un juego, es ocio, lo que suelo hacer es ponerme consignas y las consignas son variadas, justamente para no aburrirme, algunas tienen que ver con estructuras: empezar siempre con la misma palabra o seguir determinada rima o métrica, o no seguirla, o romper con algo, la consigna será la que al momento de empezar a escribir me parezca más divertida. Después viene la parte que no tiene que ver con el ocio sino con el oficio para mí, que es la parte más responsable, el superyó de la creación de una canción, que es la reescritura constante, evitar lugares comunes, pensar en qué interpretaciones habilita lo que estás diciendo. Es importante volver siempre sobre la obra y que no sea solo un impulso, porque sino siento que es algo súper egoísta, como que yo tengo un impulso, me lo saco y ustedes consúmanlo.
P: ¿En qué proyectos andas?
R: Actualmente además de estar tocando solo, tengo un dúo de música y poesía con Martina Cruz, que se llama Agentes del Caos, estamos grabando un disco. Estoy también tocando a dúo con Gaía Melgar y después como gestor cultural, en dos ciclos de música y poesía, uno que se realiza en Fauna que es un centro cultural de Banfield, y otro itinerante de rondas de cantautores y poetas, que se va realizando en distintos lugares del conurbano y capital.
Para el que quiera bucear en el material artístico de Rolo, le compartimos un enlace de la canción “Géminis”