El Teatro Real ha querido resaltar, con estos galardones, el mérito de instituciones, empresas y personalidades que han contribuido con su arte y con su apoyo a la actividad del coliseo.
Los premios artísticos han reconocido el trabajo de Pablo Heras-Casado, Robert Wilson, Saioa Hernández, Sara Blanch, Leigh Melrose y Martin Winkler, y los institucionales, al artista plástico Jaume Plensa, al Consejo Internacional del Teatro Real y a la Ciudad de Zaragoza.
La ceremonia ha contado con la participación del pianista Javier Perianes, quien ha interpretado una inolvidable versión de Goyescas, de Enrique Granados.
Ha tenido lugar la tercera edición de la Gala Concierto de los Premios Teatro Real, unos galardones que, en palabras del presidente del Teatro Real, Gregorio Marañón, “representan el necesario reconocimiento que una sociedad desarrollada debe darle a la cultura y al arte, y a quienes, con su talento y esfuerzo, hacen que el arte y la cultura sean realidad”.
Un año más, la periodista y actriz Anne Igartiburu ha sido la encargada de presentar y conducir una ceremonia en la que han brillado con luz propia el artista plástico Jaume Plensa, el Consejo Internacional del Teatro Real y la Ciudad de Zaragoza, en la categoría de premios institucionales, y Pablo Heras-Casado, Robert Wilson, Saioa Hernández, Sara Blanch, Leigh Melrose y Martin Winkler, en los premios artísticos.
Helena Revoredo, presidenta del Consejo Internacional del Teatro Real, y en representación del mismo, ha sido la primera en recibir la escultura de Cristina Iglesias de manos de Gregorio Marañón. Revoredo ha señalado que “este reconocimiento es el resultado de diez años de apoyo leal e inquebrantable” de todos los miembros del Consejo “a un proyecto emocionante y de gran impacto para la sociedad y la cultura”.
Formado por destacadas personalidades que comparten su filantropía y afición por la ópera, este Consejo cuenta con relevantes personalidades procedentes de Alemania, Argentina, Brasil, Colombia, Chile, China, España, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Italia, México, Nicaragua, Perú, Portugal, Reino Unido y Suiza.
El secretario de Estado de Cultura, Jordi Martí Grau, ha sido el encargado de entregar el segundo premio institucional al polifacético artista Jaume Plensa, creador de la videoinstalación Cielo para el Teatro Real, que ha podido verse en su techo durante toda la ceremonia. Con la mirada en las nubes que cruzaban el tondo de la sala, Plensa ha dicho: “finalmente Cielo es una ventana abierta al cielo de Madrid… repleto de silenciosas nubes que celebraban la diversidad de la vida. Cielo es un sueño de música visual, poesía urbana de una ciudad abrazándose a la ópera”.
Natalia Chueca, alcaldesa de Zaragoza, ha destacado, tras recoger el premio que le ha entregado el director general del Teatro Real, Ignacio García-Belenguer, “El poder de la cultura para unirnos y enriquecer nuestras vidas”, “este premio ha resaltado nuestro firme compromiso para poder democratizar el acceso a la cultura y simboliza la fuerza de la colaboración y la importancia de llevar el arte a todos los rincones de nuestra ciudad”.
Todavía con los calurosos aplausos recibidos la noche anterior en la memoria, por su magistral dirección de Los maestros cantores de Núrenberg en ese mismo escenario, Pablo Heras-Casado, principal director invitado del Teatro Real, con más de doce títulos a sus espaldas en el foso madrileño, ha recibido el primer premio artístico de la noche entregado por el consejero de Cultura, Turismo y Deporte de la Comunidad de Madrid, Mariano de Paco.
Heras-Casado ha recordado su primera vez en el Teatro Real, hace 18 años, y como aquí “ha tenido la oportunidad de asumir alguno de los mayores retos artísticos de su carrera. Aquí he crecido personal y profesionalmente”. El maestro ha destacado la enorme labor de equipo que se realiza en este teatro y que lo ha convertido en uno de los más importantes del mundo.
El director artístico del Teatro, Joan Matabosch, ha reconocido el personal lenguaje estético y escenográfico de Robert Wilson al entregarle el quinto galardón de la noche. Wilson, que forma parte de la historia del Teatro Real desde su reapertura ha contado, con gran sentido del humor, cómo al ser preguntado por su profesor de escuela, cuando tenía siete años, en un pequeño pueblo de Texas, “Bob ¿qué quieres ser de mayor?” y él respondió “el Rey de España, y esta noche me siento como un Rey” en un teatro “que se ha convertido en mi casa en Europa y en el resto del mundo”.
Las sopranos españolas Sara Blanch y Saioa Hernández recogían el cariño de los asistentes y sus premios de manos del director adjunto del Teatro, Borja Ezcurra, y del secretario de Estado de Asuntos Exteriores y Globales, Diego Martínez Maillo, respectivamente.
También Blanch ha recordado su primera vez en el Teatro Real, donde comenzó cantando en el foso para la producción El gallo de oro “sintiéndome muy pequeña” y ahora “estoy aquí, en un lugar en el que he ido creciendo, donde me siento como en casa y donde siento a todos como una gran familia”.
Una emocionada Saioa Hernández reconocía cuantas veces “había paseado por las calles de esta ciudad, mi ciudad, junto al Teatro Real soñando con cantar aquí, y eso hace este premio mucho más especial y me siento muy feliz”. Ha dedicado el galardón a todos los trabajadores del Teatro que hacen posible la magia de la ópera, al director artístico del Teatro Real, Joan Matabosch, por su confianza y a todos los artistas que pasan por este escenario y del que ella es “una pequeña representación”.
El barítono Leigh Melrose –inolvidable su interpretación de Richard Nixon en Nixon in China, de John Adams- ha declarado “que este es uno de los escenarios más especiales del mundo, en uno de los lugares más especiales del mundo”, tras recibir el premio que le ha entregado la secretaria de Estado de Presupuestos y Gastos, María José Gualda. Ha destacado la labor de todos los trabajadores, dentro y fuera del escenario, para sacar adelante el reto de poner en pie una ópera”.
El último galardón de la noche ha sido para el bajo-barítono Martin Winkler, Kovaliov en La Nariz, de Dmitri Shostakóvich. Se lo entregaba la delegada del Área de Gobierno de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid, Marta Rivera de la Cruz. “Este es el mejor lugar en el que puede trabajar un cantante, es el mejor lugar del mundo para cantar ópera” y ha añadido que “aquí ha creado una familia, tanto artística como profesional y, cuando llego a Madrid, se me pone una sonrisa de.. Guau”.
Una vez finalizada la entrega de premios, el pianista Javier Perianes ha interpretado la suite Goyescas, de Enrique Granados, obra maestra de la música española que aúna dificultad técnica y belleza, para poner fin a una velada extraordinaria en el Teatro Real.