El debut de Nora el Hourch, que se presentó en el pasado Festival de Toronto, es una de las revelaciones del año del cine francés.
Nora el Hourch, cineasta parisina de origen marroquí, confirma con su primer largometraje el talento que ya se vislumbraba en su cortometraje Quelques secondes (2015), presentado en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes. La supervivencia física y emocional dentro de un entorno hostil, dominado por la cultura patriarcal y la tensión racial, marcaba la cotidianidad de cinco chicas que tenían que sobreponerse, principalmente, a la falta de empatía de una sociedad que no mira más allá del estereotipo.
En cierta manera, el primer largometraje de Nora el Hourch, prosigue el camino de su primera ficción, abordando la realidad de tres adolescentes que de nuevo y desde diferentes contextos, luchan por vivir un presente y construir un futuro de forma libre. En este sentido, la mirada de la joven realizadora resulta capital, ya que dibuja con cercanía y sensibilidad el sentimiento de sororidad que articula la relación entre las tres protagonistas. El Hourch describe contextos y aspiraciones personales, pero también captura la complicidad de unas chicas que, una vez que se separan de la superficialidad propia de su edad, son conscientes de que dentro de la incertidumbre que forma parte de sus vidas también habita el temor. Un temor que solo se combate, más allá de eslóganes publicitarios, desde la unión.
HLM PUSSY sigue la tradición de coming-of-age europeos como Mustang (Deniz Gamze Ergüven, 2015), La mif (Frédéric Baillif, 2021) o Paradise is burning (Mika Gustafson, 2023); películas contextualizadas en un entorno complejo, pero que, sin embargo, están narradas desde una perspectiva vitalista y luminosa.
Es una película de encuadres y montaje ágiles, con una banda sonora que abraza el espíritu liberal de Amina (Léah Aubert), Djeneba (Médina Diarra) y Zineb (Salma Takaline). En ella, las tres amigas saldrán de su zona de confort para denunciar y reclamar la dignidad de una de ellas, pero también la suya propia y la de todas las mujeres de su generación.
La ópera prima de Nora el Hourch ofrece una respuesta contemporánea a la rebelión que llevaban a cabo los antihéroes de El odio (La haine, 1995). El magnum opus de Mathieu Kassovitz anticipaba la violencia pero también el alma comunitaria que tejería el futuro de la nueva Francia, un país repleto de contradicciones sociales que, a su vez, también ejerce de faro ideológico para Occidente. Amina, Djeneba y Zineb se rebelan con las armas de su tiempo, las redes sociales y el social media, para provocar la reflexión pero, a la vez, para forzar el cambio. Un cambio que no elude la violencia pero tampoco la sensibilidad. Las tres jóvenes emprenden un camino basado en tres vías fundamentales: la educación, la comprensión y la unión. Bajo este paraguas encontramos la salvación, la suya y la nuestra.
Amina, Djeneba y Zineb son tres adolescentes inseparables pero su amistad estará en peligro cuando se publica en las redes sociales un vídeo que expone al acosador de una de ellas. Ante las constantes amenazas, deberán elegir entre borrar el vídeo o seguir luchando.
SINOPSIS
A pesar de sus diferentes orígenes sociales, Amina, Djeneba y Zineb son tres adolescentes inseparables y mejores amigas desde que tienen uso de razón. Cuando Zineb sufre acoso por parte del mejor amigo de su hermano, Amina decide publicar un vídeo comprometedor en las redes sociales con la esperanza de que deje de acosarla. Lo que no sabe es que el vídeo no solo pondrá en peligro su seguridad, sino que también pondrá a prueba su amistad.