Ayer, último día de marzo de 2022, ella lo ha conseguido. De nuevo un ella, bella y elegante. Un tornado sobre el escenario. Pisó fuerte en la escena de este córdoba que tanto necesita de grandes como ella.
Si, tras esta pandemia que tanto daño y tanto ha dejado en el camino; tras un largo periodo de preparación y enriquecimiento, llegó Trinidad Montero “La Trini” al escenario del Gran Teatro de Córdoba.
Y llegó con la fuerza de un huracán. Llegó como dijo hace muy poco en una entrevista. Rebelde, renacida y reinventada. Increíble, fuerte, arrolladora.
Si La Trini volvió a triunfar, a erizar la piel, de cubrir el espacio de una explosión musical como solo ella es capaz de hacer.
Pero ella, la artista, la mujer, la cantante, la interprete, también se desnudó y de múltiples maneras.
Un tsunami de voz y sentimientos bañaron el patio de butacas y llegó hasta el gallinero del Teatro.
Como me comentaba mi buen amigo y mejor artista y crítico de arte, Francis Arroyo Ceballos, “desde luego si haces las cosas bien dan resultados como este, fascinante…” Y así era.
Todo se ha hecho con un gusto inmenso, exquisito.
Desde el inicio de un espectáculo, distinto, donde el hilo era el amor, pero en sus mil variedades, o quizás cuatro.
El espectáculo está absolutamente lleno de belleza, desde el vestuario diseñado y realizado por Matias Zanotti (uno de los grandes de la escena española) a su banda. Una banda que indica la relevancia del evento. Gabriel Peso (Ainhoa Arteta, David Bisbal,…) al piano y dirección musical. David Ruiz (Ruth Lorenzo) en el contrabajo. Miguel Asensio (Erin Corinne,…) a la batería. Luis Gallo a las guitarras (española, acústica y eléctrica) uno de los referentes en guitarra española hoy. Y por supuesto, ese genio que es Luis Dorado en la percusión.
Un espectáculo así, con ese imponente nivel, no podía hacer otra cosa que llenar ese referente que es el Gran Teatro de la mejor música.
La Trini nos trajo algunas de esas canciones que todos tenemos como esenciales, del mal o del buen amor, de esos primeros amores, de esos enamoramientos de joven. De ese aprender, o enseñar, a nuestros introductores en las sensaciones del amor. Nos habla de El Amor que No me lo creo pero Disfruto contigo. Ella nos lleva, también, por el apasionamiento del corazón, la entrega absoluta, por la forma apasionada de amar. Nos dibuja Ahora, Ahora, en este instante, como se Lía todo, como fluye todo y que nos hace decir Me Muero, me muero.
Pero Trinidad Montero, la mujer, también sufrió de dudas, de no saber. De que le dijeran, muchas veces, Ten Cuidado y de no hacer caso. De ver y sincerarse diciendo Y sin embargo Te quiero.
Pero todo llega a su límite, ella, nos habla, de que una flor no aguanta dos primavera, o quizás si, no se sabe. Pero hay amores que se rompen. Ella Rota, desde un palco, canta su entrega de “Mi vida por un Hombre” una impresionante Saeta en la que es acompañada por una banda musical, de cornetas y tambores. La agrupación musical Cristo de Gracia.
Pero el amor la ha rajado, el ha hecho trizas su alma y su corazón, ella elegante habla de Se nos rompió el amor. Poco queda de aquel amor inicial, total. Quizás podría volverse o recolocarse, En el punto de Partida. Pero no, no podrá ser, habrá que decir que Muera el Amor.
La Trini nos hizo, sin lugar a duda, revivir nuestra vida. La vida de cada uno. La forma de enfrentarnos al amor que quizás son mil variedades o sólo cuatro.
Nos ha hecho vibrar de una forma loca y cuerda; centrada y complicada. Pero ella es grande, fuerte y seguro que vuelve a revivir un nuevo amor, quizás maduro quizás inexperto.
Nuevos conciertos nos llevarán con ella- Porque si, porque esto lo merece. Porque La Cosa está que Trini tiene que ser disfrutado por todas y todos.
La producción que junto a ella, La Casa Azul ha realizado es merecedora de miles de triunfos, de millones de aplausos en cien, miles, de escenarios.
El trabajo que junto a ella ha realizado Ernesto Hita y Jerónimo Jiménez, para crear esta obra de arte musical, llegará a ser disfrutado por miles de personas en este valle de lágrimas. No mejor, en este valle de amor.