Editorial Acantilado lanza el próximo 1 de julio a María Iordanidu y Erasmo de Roterdam.

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Acantilado Novedades Julio Acantilado«Así fue como Ana partió de Constantinopla a finales de julio de 1914. Se fue por un mes y se borró de la faz de la tierra por cinco años. Era como si el mar negro se la hubiera tragado» Vacaciones en el Cáucaso, María Iordanidu.
«La concordia reina en tantísimas cosas, pero la vida de los hombres está sembrada de disputas inexplicables. Todos nacen sometidos a la misma ley, todos envejecerán y morirán» Erasmo de Róterdam, Lamento de la paz.

Vacaciones en el Cáucaso. Traducción de Selma Ancira.

Una mañana de julio de 1914, Ana, una adolescente de Constantinopla, abandona la casa familiar donde vive junto a su querida abuela Loxandra para pasar un mes de vacaciones en Stávropol, en el Cáucaso. Sin embargo, apenas comienza el viaje, pierde a su tía entre el gentío de la estación de Batumi, desde donde debían partir juntas. Tras dos meses errando por Rusia, llega finalmente a Stávropol, donde tiene que buscar un empleo como profesora de inglés para salir adelante. Contra todo pronóstico, el estallido de la Primera Guerra Mundial y la Revolución rusa le impedirán regresar a su hogar durante cinco años, en los que aprende ruso, se aficiona a la cocina eslava, se adapta a los largos inviernos, hace suyas las costumbres de su nueva familia y conoce el amor. María Iordanidu hilvana en Vacaciones en el Cáucaso un relato tan trepidante y emotivo como su propia vida, que relata con el mismo frescor, dinamismo e inconfundible sentido del humor con los que ya dio vida a su inolvidable Loxandra.

María Iordanidu (Constantinopla, 1897 – Atenas, 1989) pasó la infancia en Constantinopla, pero el estallido de la Primera Guerra Mundial, que la sorprendió de vacaciones en el mar Negro, la obligó a permanecer en Rusia durante años. Hasta 1919 no pudo volver a Grecia, donde trabajó para una gran compañía comercial estadounidense y, de 1926 a 1939, en la embajada soviética de Atenas. Durante la ocupación alemana fue detenida en varias ocasiones y su casa fue destruida, tras lo cual se vio obligada a mudarse con frecuencia y a sobrevivir impartiendo clases de lenguas extranjeras. A los sesenta y cinco años publicó su primera novela, Loxandra (Acantilado, 2018), obra inmensamente popular que ha sido traducida a varias lenguas.

Lamento de la paz, Traducción de Eduardo Gil Bera.

Escrito en Lovaina en 1516 bajo la influencia del exordio de «Sobre la clemencia» de Séneca, el Príncipe de los humanistas exhorta a emperadores, reyes, príncipes, obispos y sacerdotes a trabajar, cada uno según su poder, para poner fin a los conflictos que azotan a la población y establecer así una paz duradera. Redactado en una Europa tan enfrentada como en sucesivos siglos, este texto es una apelación intemporal a la unidad de los pueblos europeos y una denuncia actualísima de los móviles ocultos de la guerra y del ejercicio del poder como mero instrumento para satisfacer las ambiciones personales de los poderosos, que, pese a no ser los mismos, siguen existiendo y actuando de un modo similar. Una extraordinaria reflexión sobre la necesidad de concordia.

Erasmo de Róterdam (Róterdam, 1466 – Basilea, 1536), conocido como «el preceptor de Europa», es el representante por excelencia del humanismo renacentista, que buscaba reformar la Iglesia y la sociedad en busca del progreso ético y cultural del ser humano. Tras estudiar a los grandes literatos y filósofos grecolatinos, se ordenó monje en 1490 y comenzó a trabajar como secretario del obispo de Cambrai, cometido que le permitió viajar por toda Europa y establecer lazos con otros humanistas de la época. Además de la que hoy presentamos, entre sus obras más importantes se cuentan Elogio de la estupidez (1511) y Educación del príncipe cristiano (1516).