Reza Emilio Juma se sincera sobre Mil besos

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Reza nos recuerda como nace su obra "Mil Besos" que se reedita, de momento, para Iberoamérica.


Este mes marcan cinco años desde que me embarqué en esta loca aventura en la búsqueda de un sueño que venía en forma de una novela que publiqué en España en el 2014. Los años previos fueron turbulentos pero eran esenciales en marcar mi vida y llevarme a la escritura. En medio de la crisis en España en el año 2012, sin trabajo ni perspectivas para el futuro decidí probar suerte en México, supuestamente tierra de oportunidades, fama que procede desde los tiempos coloniales. Llegué expresamente a Puebla, una de las ciudades más majestuosas y con mayor patrimonio de todo el país. Sin embargo, la suerte tampoco me acompañaba y después de un año tormentoso, en donde casi perdí mi vida en varias ocasiones a punta de pistola, por fin encontré mi lugar en la selva de la costa de Oaxaca, en la Universidad del Mar, dando clases de Ciencias Marítimas e Idiomas. Vivía en una palapa hecha de barro y palma cerca de la playa donde abundaba la paz y la tranquilidad. En ese oasis casi perfecto decidí dedicarme a escribir en mi tiempo libre; cuentos, memorias personales, encuentros y reencuentros de amores y desamores. Después de medio año escribiendo como un poseído, un promedio de diez horas diarias, había completado una novela de ficción de más de trescientas páginas. A mi sorprender y sin saber cómo, había plasmado en el libro un mundo de fantasía entrelazando intensas y lúcidas quimeras con mi propia realidad en medio de una trama llena de amor, pasión y sobre todo obsesión. Tocaba darle un nombre a mi obra; “Mil Besos”.

Después de lanzar el manuscrito a varias editoriales en España recibí una respuesta positiva pero sin ningún compromiso ni garantía. Pero poco me importaba, y sin dudarlo ni un instante dejé mi trabajo en la universidad y me lancé a la aventura. ¿Pensaba hacerme rico o famoso con esta obra? Por supuesto que no. Para los que me conocen saben que el dinero jamás ha sido una prioridad. Con todo el bagaje cultural que había adquirido a lo largo de mis viajes por más de cincuenta países y seis continentes me parecía triste o incluso redundante obsesionarme con el dinero, había cosas más importantes que lograr. Sentía que tenía una obligación de contar esta historia y a la vez tenía el presentimiento que me esperaba algo más grande. Todavía no identificaba que era y sin publicar mi obra jamás lo descubriría.

"Mil Besos” está escrito con mis letras, que en esencia es mi autentica voz, sin floritura y sin ningún estilo elaborado sino una voz juvenil y franca que te habla como si estuviera contando la historia susurrándote en el oído. Y así es “Mil Besos”; un joven inocente y soñador relatando lo que vio en sueños y como toman control de su vida, una llena de errores, alegrías, risas, enfados y también lágrimas. Cuando los antiguos griegos leían un libro solo preguntaban una cosa cuando terminaban - “¿Tenía pasión?” Y puedo decir con total confianza que “Mil Besos” es eso – pasión. 

Ahora estamos conmemorando los cinco años con esta edición especial que es una versión mejorada de la original publicada en el 2014, en esta ocasión se titula “Mil besos Sueño mediterráneo”. Se trata del recorrido del protagonista, Milo, en sus peripecias en la búsqueda del amor verdadero. Los lectores siempre me preguntan si “Mil Besos” es la historia de mi vida y supongo que da morbo pensar que sí pero solo una persona sabe esa respuesta y hasta qué punto. Yo por mi jamás revelaré lo que es la realidad y lo que es la fantasía y esa es la ventaja que lleva el escritor. Sin embargo, cuando me preguntan si realmente existió la chica del sueño, sin hesitación contesto que sí…aunque ella o ellas no lo sepan. Tal vez ya la conozca o tal vez no. Tal vez sea esa chica de piel canela y sonrisa coqueta con dientes grandes de color ébano a quien conocí tomando café en un aeropuerto mientras esperaba su vuelo y nos enamoramos con tan solo una mirada sin intercambiar palabra ninguna. O quizás aquella que iluminaba mis amanecidas con sus ojos de miel y ámbar como dos soles al despuntar la aurora, enormes y brillantes por la curiosidad pero seductores en su esencia. O la que oscilaba el cuerpo con exquisitez mientras bailaban sus bucles con reflejos dorados al sol y aromaba su paso con un torbellino de su perfume inconfundible que recordaba a la dulce sandía. O a lo mejor la que me montaba la espalda como un bebé koala, sin embargo, cuando volteé para besar sus labios ya no estaba. Juro que apareció de nuevo en la Mezquita de Córdoba con una esmeralda de color celeste admirando la cúpula de la Maqsura en donde se iba a convertir en mi otra mitad para siempre pero por la cobardía su imagen se desvaneció de nuevo. Jamás tuve el coraje de contarle que la había visto en sueños y deseaba plasmarla en un libro donde ella iba a ser una acróbata volando por los aires… Duele pensar en esta chica que solo existió en sueños. La única consolación que tengo es la dedicatoria de mi novela “Mil besos Sueño mediterráneo”: Dedico este libro a aquella que surgió de un sueño donde parece haberse quedado atrapada para siempre. Los espejismos son momentáneos. Prometo volverte a encontrar…aunque sea en otro sueño…

¿Existió en realidad o sigo jugando con mis lectores o conmigo mismo? ¿Quién sabe? Pero una cosa está clara, la chica del sueño existe porque yo mismo la saqué de mi mundo de fantasía y la convertí en realidad con “Mil Besos”.

Reza llegó a vivir en una palapa, en México eran muy comunes antaño, y todavía hay ciudades que ofrecen palapas para turistas y se pueden encontrar en casi cualquier lugar, incluso lejos de la costa. De esta manera podemos encontrar hasta palapas en saltillo.