La situación de pandemia actual nos ha obligado a todos a tener que volver a poner nuestra mente en funcionamiento. A no dejar pasar los días sino a abordarlos.
Así, ante una situación de este tipo, ha llegado, esperamos que para quedarse, salavirtualdecine.com.
Somos muchos los que echábamos de menos un ofrecimiento como ese, una opción de poder asistir a estrenos de películas, pero desde mi butaca particular, la de mi salón.
Para mi estreno, quizás los dioses se han confabulado, he disfrutado de uno de los más bellos cuentos románticos que hace tiempo no disfrutaba.
Edmond, en francés, o Cartas a Roxane, su título en las carteleras españolas, nos trae una recreación de como nació una de las cimas del teatro francés, Cyrano de Bergerac de Edmond Rostand.
Una atmosfera dulce y cálida, ayudada por la fotografía del montaje, nos lleva a conocer a los personajes que dieron vida en 1897 a aquella obra que hoy, es referente mundial. De aquella primera presentación al público nacieron infinidad de reestrenos y adaptaciones cinematográficas.
Los espectadores podrán disfrutar de personajes nobles que irán presentándose y que mostrarán su importancia en esta recreación.
Michalik, su director, ha conseguido que todos nos vayamos introduciendo en esa opereta romántica donde todos los personajes serán trascendentales.
Nos lleva a tenernos que encariñar con cada uno de ellos, con sus vivencias.
Lo que si consigue la película es que nos enamoremos aún mas del teatro. Nos lleva a vivir vicisitudes e improvisaciones que nos hacen recordar a Salvador, el ministérico, con una de sus frases referentes “Somos españoles,… improvisación”. Quizás esta usurpación francesa sobre una forma de actuar tan española es lo que hace que esta película nos embauque.
Si el cine policiaco francés es ya un referente mundial, creo que obras como esta, y otras anteriores, permitirán convertir al cine galo en un referente en la comedia, si me apuran, romántica.
La cinta debería de ser un éxito por su calidez y su presencia; por su amor al cine y al teatro; pero sobre todo, por su bella relación con los seres humanos que aparecen en ella.
J.M. Desde Mi Butaca
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