Antonio García Siles presenta sus Tra[d]iciones editado por Libro de Arena.
Un espacio emblemático de Córdoba ha sido el lugar elegido por la editorial y por el autor para presentar su última obra.
Nuestra revista ha entrevistado al autor en el espacio del Jardín del Hotel Hospes Palacio el Bailío.
¿Quién es Antonio García Siles?
Llevo 13 años incorporado un poquito en el mundo literario en córdoba y mi poesía
se caracteriza, un poco, por ser intensa y profunda. Relacionada sobre todo con los temas más íntimos del ser humano, como puede ser: el amor, el desamor. Cuando hablo del amor hablo del amor en todas sus manifestaciones: tanto en el centro de vista de pareja, como de amistad, como religioso. He tocado un poco todos los palos.
¿En tu obra hablas de la vida, ¿no?
Si, efectivamente. Además, a pesar de ser en gran medida la obra autobiográfica, pero como en realidad son los sentimientos básicos que todos experimentamos pues normalmente se siente la gente correspondida, evidentemente.
Tus lectores, ¿se ven reflejado en ellas?
Hay gente que me comenta que parece que estoy dentro de ellos, pero es porque han tenido ellos experiencias.
¿Hay una serie de experiencias vitales, un número determinado, que todos vivimos?
Si, evidentemente. En realidad, los sentimientos del ser humano, los sustanciales, digamos en sí, son muy poquitos.
Los principales que son el amor, en todas sus vertientes, la muerte y el paso del tiempo.
Antonio ya ha publicado nueve libros de poesía. Al escribirlos, en algunos momentos, ¿Te has roto? ¿Has tenido que dejar de escribir para recomponerte?
Sinceramente, sí. Incluso, en algunos, he tenido que dejar de escribir bastante tiempo. Salgo, psicológicamente, bastante tocado.
¿Sientes mucho al escribir?
Digamos que soy de los que se mete profundamente. Hay vivencias propias, también del entorno, lo que, viviendo, de las personas que conozco, de situaciones que me encuentro, otras que me cuentan. Yo creo que el poeta siempre debe ser un gran observador porque en cualquier sitio, que parezca que no tiene ninguna importancia, puede surgir un gran poema.
¿Cómo ha sido el tránsito entre tus últimas dos obras?
Em este caso ha sido algo diferente, como en otras ocasiones. El libro anterior tenía una poesía no tenía nada que ver ni en la forma ni en el fondo, prácticamente con el que va a salir ahora. El anterior fue un poco un experimento y una forma de trabajar distinta y este de ahora vuelvo un poco por mis fueros
¿Dónde escribes? ¿Te sirve cualquier espacio?
Yo soy un poeta que se interioriza mucho. Cualquier sitio donde yo encuentre silencio, donde yo encuentre paz, podría escribir. Me da igual una habitación cerrada y oscura, digamos en poca luz, en penumbra; como que sea un jardín. Mientras encuentre un silencio razonable se puede escribir.
Háblanos de tus últimas dos obras.
El libro anterior se llama “Demencia e introspecciones” editado por Detorres Editores. Se trataba un poco de unos poemas que lo que iban buscando era más bien un tono sarcástico, con una ironía amarillenta y lo que busca es hacer un poco una interiorización de cómo nos comportamos, en la sociedad, el ser humano. Este tenía un carácter social muy fuerte, un carácter filosófico que es importante e imprescindible y estaba formado por poemas muy cortitos, algunos de ellos de dos o tres versos.
¿Cuándo acabas ese libro te pones a escribir este nuevo?
Este libro ya estaba escrito, prácticamente. El ochenta por ciento del poemario estaba escrito.
El libro se llama Tradiciones, pero esa “d” está entre paréntesis. Es una “d” móvil. Si la mueves de “Tradiciones” pasas a “Traiciones”. Parece ser que el hombre tiende a convertir en una tradición el traicionar. Cuando me refiero a traicionar me refiero a todos los ámbitos de la vida. Evidentemente en el amoroso, el más general como ser humano, como especie; y por supuesto la traición a uno mismo, a sus propios sentimientos. Hay veces que esa traición está relacionada: puede ser que uno se traiciona a sí mismo por necesidad, a veces por obligación, o para emerger una traición a un tercero.
¿El ser humano, desde el punto de vista poético, es malo?
Desde el punto de vista poético, es más malo. No tengo ninguna duda. Esas son las viviencias que transmito en mi libro. Incluso soy más preciso en algunas temáticas. Por ejemplo, hay alguna que hablo de la traición dentro del mundo literario. También generalizó con todos los temas que estamos viendo, que están moviendo entorno al ser humano, de cómo no cuidamos este mundo, la naturaleza y todo eso pues ahí, a nivel macrosocial, también hay algún poema.
¿Por qué no evoluciona la sociedad en cuanto a la maldad?
Mientras más se lea, más se conozca, más se haga análisis de conciencia a través de las lecturas, que hace. Yo creo que se podría mejorar muchísimo. También influye mucho la sociedad del materialismo, imprescindible para esta maldad. Luego ya, si entramos en grupos reducidos, como en el ámbito literario, es la vanidad. El gran lector por lo menos es capaz de discernir diferentes matices, diferentes perfiles, diferentes prismas. Entonces la maldad es más fácil de corregir.
¿Antonio por qué escribes?
Bueno, en un principio, tengo una necesidad de crear. Porque para mí lo más importante es la creación. Y después, lo que necesito es compartir. No siempre se hacen poemas que se comparten, pero si tengo necesidad de hacer sentir. Porque eso me hace a mí sentirme realizado y también, en ocasiones, en estar temas de desamor, es un desahogo sentimental por parte mía.
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