Me solté el pelo, me puse el vestido que tanto me gusta, el que me compré en la calle Libertad, me pinté las uñas de salmón y agarré las perlas color escarlata, me puse el perfume de imitación de Acqua di Giò, y un tema de Gilda, pensando en las primaveras y los tomates cherry, y la huerta de mis crisis, ví mis piernas, amé mis piernas otra vez, y mi cuerpo y me tomé algunos vasos de agua con las orejas de elefantes afuera, con los tulipanes y rosas blancas, y abrí los pechos castigados, les pasé cremas y toqué las campanas de las fechas. Alegre las toqué, con la misma felicidad que se tocan a los que se duermen con algún miedo.
Relatos Reales: Una emoción por Antonio Pippo
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Relatos Reales: Una emoción por Antonio Pippo