A veces el sentimiento del momento nos hace asimilar espacios, hechos, figuras o paisajes de forma diferente. Está claro que un mismo contexto puede ser representado de muy diversas formas no sólo dependiendo de quién lo capte sino también del sentimiento acaecido en ese preciso instante.
Dicho sentimiento hace al creador reflejar lo vivido de una particular manera, incluso priorizando espacios o figuras sobre otras, dando mayor relevancia a lo que en ese breve periodo de tiempo se pretende transmitir.
La obra de José Luís Campos supone ese devenir necesario de estilo con vistas a transmitir al contemplador lo pretendido, como sustancial y necesaria baza de equilibrio que haga presentar lo asimilado mediante diferentes líneas para así llegar a transmitir de la forma más fehaciente el todo captado.
Es bien patente la ausencia o simplicidad del fondo en su obra más realista. Está claro que ello se debe a la intención del autor por priorizar la figura a ser destacada, y en su representación darle el valor de “absoluto” significativo, lo cual hace remarcar más si cabe la función o sentido de lo plasmado.
El mundo animal, lo tradicional, lo estilizado de un cuerpo que realiza deporte o lo que de choque emotivo suponen saltos de imagen que a través del televisor llegan a nuestra mente sobre lo acontecido en el mundo, son temáticas que tiene el gusto de representar en esta su cotidianeidad más realista.
Por otro lado nos encontramos en su trabajo la antítesis que supone el tratar el mundo de lo abstracto como básica necesidad de transmitir otras vivencias y emociones que Campos asimila como en un microcosmos cercano al cubismo pero materializado por la influencia del indigenismo en su sentir.
Piezas que anexan mecánicos y multitonales submundos paralelos que conforman esencia, que simbolizan el interior del autor, su sentimiento ante lo ancestral o predecesor, en cierta manera su filosofía de vida.
De lo real de lo cotidiano a lo imaginario de lo abstracto guiado por la necesidad del momento es lo que José Luís Campos nos presenta, siempre dentro de una cuidada presentación, de la delicadeza que supone el tener claro que lo que expresa con cada pincelada y en cada lienzo no es sólo algo que le llega sino algo que siente.
Francisco Arroyo Ceballos
De la Asoc. Internacional de Críticos de Arte AICA