Juan Coronel (Ciudad de Buenos Aires, 1989) alias el “Chico de las poesías”; vivió la mayor parte de su vida en la ciudad de el Talar (Buenos Aires). Es un artista de los que se dice, multifacético y prolífero, porque además de poeta, es actor, letrista y cantor.
Posee un estilo poético con marca propia, fiel a sí mismo, se mantiene muy lejos de la idiosincrasia del poeta elitista.

A lo largo de su trayectoria artística, publicó varias obras poéticas, tales como: 《Frágil Caballo》, editorial Santos locos (2015);《Murió Campera》, editorial Gato misántropo (2017); 《Tramadol》, editorial Rama Dorada (2018); 《Un millón de Charlys Garcías sobrios》, editorial Gato Misántropo (2019); 《Wabi Sabi, la belleza de lo dañado》, editado en Tucumán y publicado en internet por Elba Laso (2020), entre otras.
Su último poemario virtual, lo realizó junto al poeta Javier Galvagni, con ilustraciones de Cupa: 《La enfermedad que todos deseamos》 (2021), es una obra atravesada por la crítica social, el contexto actual, lo político y las miserias humanas.

En el ámbito musical “El chico de las poesías” forma parte de una banda de música llamada "Muerte a Tundra" y lleva a cabo su proyecto como solista de trap: "Sánchez Maldito".

P: ¿Pensás que al haber una definición poco clara de lo que es poesía, cualquier bajada de verso que se escriba se transforma en una?

En parte sostengo la idea clara de que para leer poesía tenés que sentir algo. No hay idealizaciones ni conjeturas ni exactitud. No hay raciocinio cuando se siente. A mi particularmente hay poemas que me gustan y poemas que no. No soy de defenestrar una obra pero hay cosas que no me hacen sentir nada. Son estériles a mi intelecto o a mi manera de percibir literatura. Un poema puede estar muy bien construido y contar con una técnica única pero también puede aburrir. El poema merece ser llamado “poema" a la medida de que salte esa muralla que la cotidianeidad no puede. Si la cotidianeidad se parece mucho al poema, entonces el lenguaje no se eleva, queda de este lado. Obviamente todo está en la praxis y en el instante preciso.

P: ¿Qué aspectos negativos le ves al ambiente under de la poesía?

Lo de siempre. El lobby, la devolución de favores, la asquerosa intelectualidad, el señalar a las personas y no a las obras. Para mi eso son aspectos negativos que en nada colaboran a escribir cada vez mejor y desarrollarse. Básicamente me identifico más con el under que con el mainstream pero porque vengo de ambientes más humildes, en donde se trata de compartir con el otrx lo que no se tiene. No me siento un adalid de las universidades. Comprendo que son necesarias e importantes pero no para ser un poeta. El poeta nace para serlo. El poeta solo se construye leyendo y viviendo, pero más viviendo. El poeta besa la aurora pero mucho antes no sabia que la ignoraba. Muchos piensan que el cielo es celeste porque se los dijo Mauro Viale, qué se yo.

P: ¿Te considerás un poeta polémico, fuera de serie?

Fuera de serie no sé, polémico tampoco. Si considero que en cierto sector mi obra está infravalorada. Eso me incentiva, me impulsa, me enerva y me ayuda. Si fuera un artista aceptado en todas partes seguramente estaría complaciendo a los nabos con un arte o una poesía fútil. Y para nabo ya estoy yo mismo. Ojalá algún día podamos compartir un poco más entre los humanos y no vivamos hablando bobería para sentir que somos especiales y únicos . Hay que pensar. Como decía el actor Alejandro Urdapilleta, en Tumberos: “Pensá. Pensás y salís". Para mi es eso. Tenes que salir de este encuadre perverso y artificial que es la vida normal. Todo está en tus manos. Y lo que no está en tus manos, o está en tu billetera o lo tienen los chinos.

P: ¿Qué opinas de la poesía posmoderna estilo autoayuda, villera, y las que andan dando vueltas por ahí?

No me cambian la vida. No me mueven un pelo. Los poetas realmente villeros no saben leer, por eso son poetas. Y los poetas de autoayuda dicen que por las madrugadas escriben para los chocolates felfort en un local clandestino de Parque Chas. Hay que aprender, después el aplauso y el like.

P: ¿Son necesarios los talleres literarios, creativos para ser un buen escritor o es suficiente con ser autodidacta?

Todo es necesario para ser un buen escritor. Hasta la necesidad. Los talleres literarios, los libros recomendados, las canciones de internet , los recitales, las anécdotas, doña Olga hablando en la verdulería, el amor que no pudo ser, tu mejor amiga cancelándote y hablando mal de vos, tu talento para comer y hablar a la vez, la sandía y el sol. Absolutamente todo.

P: ¿Cuáles son las fuentes de inspiración cuando escribís? ¿Ves romantizado mucho a ese modelo de escritor que se emborrachaba o consumía distintas sustancias para escribir?

Mis fuentes de inspiración son los recuerdos y la elucubración. Creo a partir de una catarsis y un estado de ansiedad suprema. En el delirio y la Soledad también me inspiro.
Para escribir bien no queda otra que estar enfermo de amor y de vida. Haber vivido situaciones culmines y seguir viviendo para contarlas. Si, veo romantizado al alcohólico o drogadicto, pero cada vez menos. Hoy en día la vida está todo hecho para que seas perfecto y no te equivoques. Es lo que quieren hacernos creer. Para eso crearon las redes sociales. Para encarrilarnos y pagar peaje. Para tomar coca cola y soplar sorbetes. Nunca dejen de leer. Nunca dejen de leer. Nunca dejen de leer. Nunca de ver cine. Nunca dejen de oír canciones. Nunca dejen de hablar con su papá. Nunca dejen de hablar con su mamá. Nunca olviden su sangre. El mundo está cada vez más delicado y acartonado.

P: Juan contanos, ¿cómo surge la idea de este último poemario?

J: Fue algo sencillo, espontáneo, y sobre todo laburar a dúo con mi amigo y guitarrista de banda es algo común. Teníamos diez textos c/u y por ahora lo plasmamos de modo virtual, más adelante saldrá en papel.

P: ¿Por qué lo llamaron "La enfermedad que todos deseamos"?

J: Quizás haya sido el inconsciente y la coyuntura. Atravesamos dos años de pandemia y un virus latente que dejó millones de enfermos y cadáveres. Creo que la maldad del mundo atrajo el karma. No digo que buscamos esa enfermedad pero en el fondo deseábamos acabar con la humanidad sin pensar que podía ser ya mismo.

P: ¿Qué escritores y escritoras te influenciaron como poeta?

J: Sobre todo Enrique Symns, Ernesto Sabato, Bob Dylan, Leonard Cohen, Vicente Luy, Cristina Peri rossi, Alejandra pizarnik, Rosario Blefari, ch Bukowski, José Sbarra, Diego Mattioni.

P: ¿Cuáles son los proyectos artísticos que a futuros estás planeando?

J: Con muerte a tundra pensamos grabar dos discos acústicos conceptuales de 6 temas c/u bajo los nombres de “radio emocional" y “FM shit”, luego realizar el 3er video de Sánchez denominado “Escucho voces", también planeo realizar mi sexto libro de poesía con una editorial muy conocida del país que no puedo dar el nombre todavía.

P: ¿En dónde la gente te pude seguir?

Uso mucho FB bajo mi nombre juan coronel o Instagram como “el chico de las poesías”, también en mi canal de YouTube: Sánchez maldito.

P: ¿Qué mensaje le querés dejar a los que quieren escribir y no se animan?

Háganlo. Si quieren algo, háganlo. Resuelvan ese trauma de no exponer sus miserias. Los psicólogos salen caros, las pastillas hacen mal al corazón y la vida tiene fecha de vencimiento.

Por Pablo Andrés Rial