REVISTA CULTURAL BLANCO SOBRE NEGRO


 

Literatura

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Poemas de Juventud de Carmen Torronteras (VII)

LXIII

Fluctúa la mar en precipicio

y el río va y emerge en su destino.

Se pierde entre la cresta de las olas

y se remueve molino y torbellino.

El río susurrante se desliza,

perdió su libertad y su camino.

Sus hijos, sacrificio del destino,

son víctimas del mar y el desatino.

……………………...

Estuve así…, pensando,

una tarde completa.

Pensando sola en brumas.

No había nada en mi mente,

sólo una espesa niebla,

irritada de celos,

de dolor y de quejas.

Hoy sienten mis instintos

tu cándida aspereza

y los celos me matan

y la dicha me entrega.

 

LXIV

Quisiera ver la bruma

 amarillenta

del cielo triste azul

 y transparente.

La bruma que cobija

 la aspereza

de la noche hipnótica

 y paciente.

Quisiera ver la bruma

 transparente

que envuelve los espectros

 del mañana

y vivir con ellos

 y decirles

que el alba y la esperanza

 son hermanas.

LXV

Quisiera que el manto negro

cayera sobre mí.

Soledad de negra espera.

Una sombra pálida,

oscura, errática y quieta.

Soledad de noche atormentada,

rumor de un corazón

que duerme y muere.

Quiero morir,

le pido a Dios llorando,

pero pienso en mi amor

y el llanto cesa

porque el infierno es rojo

y triste y contigo, pasión,

nada es pecado.

Ceso porque me quedas tu

en el alma, y sin ti,

y sin tu amor,

ni el cielo es ansia.

LXVI

Yo sé que soy mudable,

altanera, vana y presuntuosa,

orgullosa e hipócrita indomable.

Yo sé que soy capaz

de la vida arrancarme

antes de suplicarte

y dejar que el viento la dilate,

y la vuelva y la estrelle

y la humille y la mate.

Yo soy capaz de todo,

de odiarte y entregarme

pero abrigo en mi pecho

lo que brioso en mi late.

Tengo, aquí, un corazón,

que se postra a adorarte.

 

LXVII

Mi pluma está cansada,

falta a mi alma el aliento

de la paz deseada,

sólo tengo el recuerdo

de un cielo azul y malva.

No sé mirar la Luna

ni la blancura intacta

del cenit laureado

que el crepúsculo encresta.

Me falta la añoranza

y me sobra la farsa.

Yo soy el esperpento

de una sombra malvada,

la estirpe de Caín

que errante va marcada.

Yo soy del negro sayo

quien hiere la esperanza

que bate como roca

el alma del que ama.

¡Amor, no me abandones,

que mi alma está cansada!.

¡Clávame tu cuchillo!.

¡Deja que muera en calma!.

 

LXVII

Hay un rebelde sino

que marca nuestras vidas,

que aleja nuestros sueños

y enfría nuestra dicha.

En dulce mañana

el destino es presa

en reja mancillada.

Tétrico ocaso rojo

que incendia blanco el aura.

Si el destino ya existe,

¿soy culpable de mi alma?.

 

LXIX

Como una breve sombra

pasé junto a tu lado,

mi espíritu era llama

de un mundo idealizado.

¿Soy esencia o soy forma?.

Soy vaho eterno y magno.

 

LXX

Cuando estoy contigo

yo me siento viva

pues mi sangre hierve

y se precipita.

Cuando estoy contigo

todo es diferente,

soy la dulce amante

de pasión ferviente.

Todo es tan distinto

cuando estoy contigo

que mis labios besan

hasta tu respiro.

Cuando estoy contigo,

aún sin tu presencia,

tú vas en mis labios

porque tú los sellas.

Cuando esté contigo, 

aunque separados,

 tu iras en mi pecho…

sobre mi regazo.

 

LXXI

Entreabiertos los labios

con un hilo de pasión

se entrecruzan

nuestros cuerpos

y un aliento arrollador.

Entreabierto el cuerpo

del amor mundano

tu pecho y mi pecho

en llamas dan pasos.

Tus brazos viriles

rodean mi cuerpo

y tus suaves manos

tocan mi cabello.

Entreabierta el alma

de amor verdadero

pierdo la medida,

la noción del miedo.

Pierdo los pecados

del pecado infecto

que purgara Eva

con el hombre entero.

Pierdo mis pecados,

pierdo todo miedo

porque con tus besos…

reina soy del cielo.

 

LXXII

Hay amaneceres desmedidos

del alba que transciende del poeta,

silueta de fanáticos vestigios,

clamores de un inmenso mar en cresta.

Crespúsculos de mar en estallido,

prosélito destierro entre tinieblas.

 

LXXIV

(DEDICADA A ALFONSINA STORNI)

¡Libertad!.

Soy libre como el ave,

como tú, que donaste

tu dulce esencia al mar,

como mujer que sueña,

contradice y declara

la guerra a lo fugaz.

Soy como tú,

liberta y vanidosa,

orgullosa mujer

que ama el amar.

Mujer que rompe

con las burdas reglas

de lo preestablecido

y lo fugaz.

Yo sólo quiero ser libre,

liberta, amada, protegida

y algo más.

Yo sólo quiero ver

a mi alma libre,

gozando del amor

que tú le das.