Carlos Asensio es escritor, poeta, y un enamorado de la literatura que, ahora, desarrolla su profesión dentro del mundo editorial.
Estudió sociología y ciencias políticas. Lleva más de 15 años en el mundo cultural. Su gusto por escribir no sólo se queda en la poesía el mismo dice:
“Me gusta encontrar el formato para cada idea, y ser capaz de saltar de una a otra herramienta artística en función de lo que necesito en cada momento”.
Se retrata como un obseso de la belleza en todos los ámbitos artísticos. Se siente lleno de proyectos creativos. Su vida, según el mismo, “una sola vida humana no da tiempo para todo”.
Carlos, Buenos días.
Empecemos por el principio. A muchos autores les marca su lugar de nacimiento o bien su lugar de residencia, al crecer. ¿Es tu caso?
Más que el lugar de nacimiento, yo hablaría de todos los lugares por los que uno pasa. En mi caso, el hecho de haber nacido en Mallorca, estudiado en Salamanca, y vivido en León, Londres, y por fin, Madrid, creo que inevitablemente ha dejado una impronta… especialmente en temas como el desarraigo geográfico, la diversidad de influencias literarias y culturales y una mayor apertura de mente. Uno, aunque no quiera, se ve al final influenciado por todo lo que le rodea.
Buscas la belleza en todo, ¿quiere transmitir todo lo bello que nos rodea?
Yo diría que es como una obsesión: yo encuentro y busco la belleza en casi todo, y me fascina la idea de intentar que el resto de la gente también la vea. El mundo está lleno de cosas dignas de admiración, y no hablo sólo de belleza en las letras, sino en la música, la pintura, la fotografía, la naturaleza o el propio ser humano.
Y el amor, ¿qué espacio tiene el amor en tu poesía?
El amor, como sentimiento universal, es algo que lo impregna todo. En mi poesía siempre está presente, sea de una forma directa o más indirecta. Mi primer poemario, Dejar de ser, es en buena medida un canto a la libertad, a la vuelta a la esencia y a la búsqueda de uno mismo, donde el amor –expongo– es uno de los caminos posibles para conseguirlo. Encontrarse de nuevo gracias a unirse a otra persona que revoluciona nuestra existencia.
¿Cómo escritor de narrativa como te definirías a ti? ¿Cómo un autor de método, “horario laboral” o esperas a la musa? Algunos autores se sientan delante del ordenador todos los días horas determinadas otros esperan a la musa, y escriben del tirón. ¿Cómo eres tu?
Creo que hay que encontrar un necesario equilibrio entre ambas posturas. En la narrativa es difícil avanzar sin planificación, sin dedicación y sin un plan elaborado sobre lo que se quiere desarrollar. Pero es cierto también que sin inspiración, sin el empuje que procede de esa fuerza maravillosa y desconocida, el “oficio de escribir” por sí solo no serviría de mucho. Hace falta esa magia invisible que dé algo de vida a tantas horas sentado frente a un ordenador o una libreta. En la poesía quizás es más obvio que la inspiración juega un papel muy relevante, pero no creo en la narrativa puramente “de método”.
Tu primera obra, en la que intervienes, la publicaste el año pasado. *según la web. ¿Qué significó para ti estar en esa antología poética?
A nivel literario, participar con uno de mis poemas en la antología de poetas en lengua castellana “Y lo demás es silencio, vol. II” ha supuesto un interesante primer contacto con el mundo de la literatura. Y un primer pequeño reconocimiento a algo que llevo haciendo muchos años. A un nivel más profesional, y teniendo en cuenta que trabajo en una editorial, también ha sido muy interesante vivir el proceso de publicación de una obra desde el otro lado y entender cómo se sienten un/a autor/a ante la inminente publicación de su obra.
El trabajo en una editorial es duro, es complicado. ¿Cómo te sientes en ella?
Es evidente que el mundo de la cultura agoniza. Dedicarse a cualquier cosa relacionada con el mundo de la cultura, la literatura o las artes es, de por sí, una labor bastante complicada. La gente lee poco, tiene millones de recursos escritos y audiovisuales a su alcance de forma gratuita y está híper estimulada, por lo que conseguir que alguien valore y compre un producto cultural es cada vez más difícil. Pero sobrevivimos. También he decir que es un trabajo que me encanta porque me permite conocer a mucha gente interesante y aprender sobre un sector que me parece apasionante.
En general, en tu trabajo o tu día a día. ¿Qué te aporta el encuentro con otr@s autor@s?
El contacto con otr@s autor@s es siempre enriquecedor. Acceder de primera mano a lo que otr@s creador@s están haciendo actualmente, poder hablar o debatir directamente con ell@s y poder incluso participar de alguna forma en el proceso de construcción y divulgación de sus obras es enormemente valioso. Es cierto que en mi caso, al tratarse de una editorial de divulgación, es un aprendizaje que no aplico tan directamente a lo que yo hago, pero es igualmente incalculable todo lo que se aprende.
Buscas la belleza en todas las formas artísticas. ¿Has profundizado en trabajar también, al igual que has hecho en la poesía y en la narrativa, en otros formatos: ¿pintura, fotografía, …?
Siempre cuento que antes me consideraba un artista total “frustrado”, porque me habría gustado poder aprender más de otras disciplinas artísticas y me veía mayor para formarme y poder hacer otras cosas bien, pero tras hablar con una conocida a través de redes sociales me convencí de que nunca es tarde para seguir aprendiendo y pasé a considerarme “artista total en construcción”. Aunque la escritura es el arte del que más orgulloso me siento y en el que creo que puedo aportar algo, también he probado con la pintura, la fotografía, el dibujo, y el canto. Aunque no son cosas que a día de hoy haría de forma pública, sí intento aprender y conocer más sobre ello.
¿Cómo definiría su próximo lanzamiento editorial “Dejar de ser”?
Planteo “Dejar de ser” como un camino de autodescubrimiento. Como un recorrido por la necesidad humana de (re)conocerse y aceptarse, dejando de ser y yendo de forma directa a la esencia de lo que somos, desprovistos de superficialidades. ¿Qué queda de nosotros cuando estamos solos? ¿En qué nos convertimos cuando conocemos a otra persona y nos fundimos con ella? Lo que abordo, al final, es el hecho de dejar de ser uno mismo como transición a ser otra cosa nueva. Por explicarlo más claro, también podríamos hablar de mudar de piel.
¿Qué se van a encontrar los lectores en esa obra?
La gente que se acerque a mi obra se va a encontrar con un poemario relativamente breve, escrito en prosa poética, formado por diez textos de diferente extensión y tema, aunque todos relacionados con la idea de dejar de ser. El libro está plagado de símbolos de despedida y de unión, de amor, de abandono y encuentro, de desfragmentación de la mente y el cuerpo. Siempre he sentido que en la literatura se ha tendido a centrarse excesivamente en el “ser” (la individualidad, el ego) y no tanto en el “no ser”, por lo que espero contribuir con una nueva perspectiva.
¿Qué proyectos tienes para el 2018?
Estoy trabajando en un segundo poemario, que espero ver terminado y publicado en 2018, y que se llamará “Arder y quemar”. También he estado trabajando en dos proyectos “similares” que espero que vean la luz también el año que viene: se trata de dos colecciones de relatos (al menos una de ellas ilustrada), uno con la idea de la inspiración como eje vertebrador, y otro con la jirafa (el animal) como nexo común. También llevo unos años escribiendo una novela, a la que espero poder dedicarle mucho más tiempo lo que queda de 2017 y 2018.
¿Cuál crees que es el estado actual de la poesía en España? ¿A qué poetas contemporáneos admiras o te inspiran a la hora de escribir tu propia poesía?
Creo que la poesía vive un momento extraño: cada vez hay más gente que la escribe y parece estar viviendo una especie de boom gracias a las redes sociales. Esto ha sido enormemente criticado desde los sectores más puristas y puedo entender la crítica general a esa forma de escribir simplista en la que parece que “todo vale”. Sin embargo, escribir y leer, en sí, me parecen cosas muy positivas. Entiendo que hoy en día existe una poesía más “literaria”, más elaborada, más madurada y con mayor influencia de l@s grandes poetas del pasado y del presente, y otra de consumo más rápido, más emocional, menos basada en la poesía “tradicional” y más fundada en los sentimientos universales y mucho menos en la forma. Aunque tengo mis preferencias claras, creo que ambas pueden coexistir puesto que los públicos a los que aspiran y llegan son muy diferentes.
En cuanto a poetas contemporáneos, y por nombrar sólo a algun@s, me interesa especialmente lo que hacen escritor@s como Yolanda Castaño, Ángelo Néstore, Luis Artigue, Raquel Lanseros, Ben Clark, Ignacio Vleming, José Ovejero, Luís García Montero, Elena Medel, o María Sotomayor.
Deseamos que su obra sea un éxito, muchas gracias.
Muchas gracias a vosotr@s. Es un placer que existan todavía revistas y medios dedicados a divulgar actividades literarias y culturales como la vuestra. Un honor haber sido entrevistado.