Con el lanzamiento de su nuevo single “Que no te comas la culpa”, LA DSTYLERIA inaugura una etapa cargada de frescura, ritmo y mensaje. La banda, conocida por su energía en directo y su fusión de estilos, vuelve con una rumba luminosa que invita a liberarse del peso ajeno y a quererse sin filtros. Entre anécdotas, procesos creativos espontáneos y reflexiones sobre la autenticidad, el grupo comparte cómo nació este tema y cómo viven un momento de cambio dentro de su propia historia musical.
Para empezar, ¿qué tal estáis llevando la promo y cómo os encontráis?
Muy bien, la promo siempre la llevamos con mucha ilusión y muchas ganas. Cada vez que sale un tema nuevo es como un mini parto, ¿no? Hoy es un día especial, porque sale algo nuevo y siempre estamos deseando arrancar con la promo para enseñarlo a los medios y que la gente lo escuche. Muy guay, la verdad. Muy contentos.
El título de vuestro nuevo single, “Que no te comas la culpa”, tiene mucha fuerza ya por sí solo. ¿En qué momento nace esa frase y qué queríais decir con ella?
Pues mira, esa frase no nace de nosotros directamente. La historia es que estábamos en la playa unos amigos —José, que está aquí conmigo en el coche, y otros colegas— y bajamos a darnos un baño mi mujer y yo. Al volver, vimos un cartel grande de información en el que alguien había pintado con rotulador “Que no te comas la culpa”.
Se me iluminó la bombilla y pensé: “Esto es una canción”.
En el camino de vuelta a la casa ya había hecho el estribillo. Cuando llegué estaban mis amigos con la guitarra y lo que hicimos fue liarnos allí, entre cervecitas, escribiendo frases, proponiendo cosas… y al final nos llevamos la canción casi hecha. Así que gracias a la persona que lo pintó.
¿Fue una canción que se construyó rápido o costó darle forma?
Rapidísima. El 60% de la canción la compusimos en una hora prácticamente. Y el resto en un par de días. Después nos metimos a grabarla y en otros dos o tres días estaba lista. Ha sido todo bastante rápido; es una canción que se dejó crear desde el principio.

¿Qué sonido buscabais? Porque mezcla vuestro sello con un punto de rumba.
Queríamos una rumba. La canción nació como rumba y queríamos que se quedara así, aunque al final tenga un toquecito de cumbia en el estribillo. Pero sí, la idea era rumba y así se quedó.
La canción habla de soltar la culpa, pero también de quererse a uno mismo. ¿Creéis que hoy en día nos cuesta más querernos?
Claro. Nos condicionamos demasiado por lo que piensan los demás. Nos preocupa que alguien piense que hacemos algo mal, que no podemos hacer esto o aquello. Y al final hay que pasar un poco de todo —respetando siempre a los demás— pero queriéndose a uno mismo y sin sentirse culpable por hacer lo que de verdad quieres hacer.
¿Y cómo practicáis vosotros eso de sentirse bien con uno mismo?
Nos sentimos culpables cinco minutos, como todo el mundo. Después decimos: “¿Tiene solución? Sí. Pues vamos a solucionarlo. ¿No tiene solución? Pues para qué voy a comerme la cabeza”. Es un poco eso.
¿Qué os gustaría que sintiera vuestro público con esta canción? ¿Que baile o que la escuche con calma?
Las dos cosas. Nos encantaría que primero la escuchen, que piensen en la letra, que la gente que comparta el mensaje la disfrute. Y después que les apetezca ponérsela en el coche, salir por ahí, bailar… una mezcla de las dos.
¿Y cómo ha reaccionado vuestro público desde que salió el tema?
Muy bien. Ha salido hoy y ya nos han llegado mensajes de todos lados. A la gente le está encantando. Es algo distinto a lo que solemos hacer y la verdad es que ha calado. Estamos un poco nerviosos por eso, pero muy felices.
¿Qué parte del mensaje de la canción define también a LA DSTYLERIA?
Yo creo que define muy bien a la banda. Somos siete en directo y refleja nuestra filosofía: intentar ser como queremos ser y ser lo que realmente somos.
¿Cómo mantenéis esa energía tan bonita después de tantos años juntos?
Eso es complicado porque no te lo regala nadie. Hay que cuidarlo día a día. Nosotros, desde el respeto que nos tenemos y la confianza, hemos logrado que el grupo sea una familia. Además de tocar juntos, vamos a cumpleaños, salimos, hacemos vida juntos… y eso une mucho.
¿Qué habéis aprendido como personas gracias a hacer música en grupo?
Muchísimo. Aprendemos unos de otros porque cada uno viene de un sitio distinto, de historias distintas. Nos retroalimentamos. Cada uno aporta lo que lleva dentro y así crecemos juntos.
¿Diríais que estáis en una etapa diferente ahora con este nuevo single?
Sí, totalmente. Es una etapa distinta. Ha cambiado un poco el rollo de lo que veníamos haciendo y ahora mismo se nota un cambio en el ambiente del grupo. No sé si seguirá en los próximos singles, pero por ahora sí.
¿Qué viene después de “Que no te coma la culpa”? ¿Más singles, un álbum, una gira?
Vendrá otro single, seguramente sobre marzo, aunque no tenemos la fecha fija todavía —ni la canción hecha, te voy a ser sincero— pero saldrá. Y después de ese single haremos gira en verano. El fin de todo lo que hacemos es tocar en directo, que es lo que nos gusta y lo que vivimos.
¿Qué tiene que tener un productor, compositor o artista para que queráis colaborar con él?
Ganas de hacer música de verdad. Ganas de contar algo. Hacer música se puede hacer de muchas maneras, pero nosotros buscamos gente que quiera decir cosas que interesen, que hagan pensar, que emocionen.
Si viene Bad Bunny… pues mira, no queremos cantar con Bad Bunny. Que lo sepa Bad Bunny: con nosotros no canta.
Bueno… lo queremos igual. (risas)
Y ya por último, si pudierais dedicar esta canción públicamente, ¿a quién iría dirigida?
A muchas personas, pero sobre todo a quienes aún están condicionados en el amor y no pueden amar libremente a quien quieren por lo que dirán, por el qué dirán, por miedo a críticas o a prejuicios.
Va para todas esas personas que todavía no aman libremente en esta vida.




