“Escribir es provocar un golpe, una sensación, un cambio”.
La autora prolifera en el arte de la escritura de Chivilcoy, quién participó en decenas de antologías y es autora de ocho libros, asegura que durante su camino de letras y familia, lleva en su mochila, como ella misma menciona, vivencias, recuerdos y fantasías: “Leía y escribía mucho textos específicos, magníficos, que fueron preparándome para lo que vendría al tiempo que vivía las más diversas experiencias. Así fui cargando mi mochila”.
El aporte que Cielo hace a la literatura, sin duda, se respira, vive y disfruta en la misma proporción que su pasión, trabajo dedicado y talento.
“He prologado libros de autores chivilcoyanos y una antología de SADE Chivilcoy.
He sido testigo y parte de la fundación de la seccional SADE Chivilcoy en abril de 2000.
Sigo escribiendo, aún mi mochila sigue ocupada, participé y participo de muestras, exposiciones, maratones de lectura, Ferias del libro, Jurado literario, Talleres. Ah, también he recibido algunos premios, distinciones, reconocimientos, que me alegraron y movilizaron. Nada más que eso. Sigo siendo la misma, busco, leo, investigo tratando de superarme sin perder la esencia, a veces lo logro a veces no. Me alegra la irrupción de nuevos y jóvenes escritores. Nos retroalimentamos.
Además de la sonrisa, que no pierdo, lo que soy realmente lo encontrarán en lo que escribo”.
Sus publicaciones abarcan desde libros de cuentos a poemarios: 1999 “Azaleas en abril” (relatos de viaje). 2000 “La Señal” (cuentos), 2004 “Ficciones en el espejo” (cuentos), 2011 “Los cielos que me siguen” (poesía) y “El último refugio(cuentos). 2015 “Territorio sin orillas” y 2019 “Papá” (novela corta) como parte de una colección de Taller Flotante coordinado por Daniel Casas Salicone. En 2020 el poemario “El tiempo que atraviesa” (parte de Colección).2022 reedición de Los cielos que me siguen. 2022 “Rastros de mí” (poemario). 2023 “Chispas de sol en las sombras” (poemario). Inédito “Arena en la boca” (poesía).
La poeta y escritora, refiere a que no tiene un mejor momento para escribir y dentro de ella habitan, a veces en armonía, a veces no, una niña, una adolescente, una joven, una adulta mayor.
“Puede ser cuando me alcanza la poesía después de perseguirme. En un café, rodeada de gente, de voces, me abstraigo y arribo al mundo que quiero. En la cocina, mientras desayuno o miro por la ventana suelen irrumpir palabras e imágenes. En la tranquilidad de mi escritorio (el lugar preferido) donde los libros, las fotos, la compu me empujan a escribir. En la cama cuando el insomnio merodea”.
Fue cuando María del Pilar se jubiló que comenzó a descubrir la escritura desde otro lugar. “Una poesía para un ser querido, un cuento, el relato de un viaje. Entonces se presentó ante mí otra vida. Un largo proceso que aún continúa. Realicé Talleres literarios con muy buenos coordinadores que fueron dándome herramientas, orientándome, proporcionándome motivos”.
Afirma que el acto de escribir es un juego serio que involucra descubrir que bello y bonito no es lo mismo. “Escribir es provocar un golpe, una sensación, un cambio, es, además, elevarse, hurgar las heridas, sanar, crear otra realidad”.
Su libro editado en 2023 “Chispas de sol en las sombras” surgió súbitamente, mientras ella viajaba de CABA a Chivilcoy, la ciudad donde vive. En relación a esto dice: “Mi mente, algo adormilada comenzó a ver el desfile de los cientos de poemas encerrados en la compu. Me impuse revisarlos al llegar a casa – sola con mis fantasmas -. Con la única condición de que fueran breves.
Puesta a seleccionar (tarea difícil, pero apasionante), busqué un orden, o lo que a mí me pareció un orden, agrupé y separé con algún verso para darle al lector la posibilidad del respiro
Ahí tuve una sorpresa, en muchos de los poemas aparecía el sol, simbólicamente, claro y también muchos de ellos eran oscuros”.
Una amiga suya, puso a su disposición gran cantidad de fotos del grupo “Respirando Chivilcoy” y fue en ése momento que encontró la imagen justa para el poemario. “Tal vez llame la atención que la tapa (en el anverso) sea sólo esa foto sin ninguna información, nada sobre impreso. Los datos: título del libro y nombre de la autora figuran en las solapas. Me pareció una idea fuera de lo común y la adopté de inmediato”
Mastrantonio “Cielo” nos regala una reflexión final para la nota:
“Escritor. Ser parte de una comunión. Encontrar la pulpa del poema. Gritar al mundo que la crueldad puede ser dicha con belleza. Mover los hilos de una marioneta. Encontrar otros mundos, mostrar el propio escondido. Hacer visibles los vaivenes de la vida, las injusticias, las miserias, la dicha, el miedo, la alegría. Fantasear. Mentir sin que se note.
No claudicar, nunca”.
Compartimos uno de sus poemas:
Transpiran palabras mis manos
Bordean muertes impensadas
Niños ahogados de reproches
Amores recitados
Trapos sucios
Frutos dulces arrastrando las bocas
Olor de basurales con los pies insensibles
Escribo. Me trepo hasta nubes indecisas
Converso con la enmohecida noche
Abro la puerta a mugrientas moscas
Disuelvo la realidad inexistente
Río, me estremezco, revuelvo los baúles
Soy una titiritera. Persigo globos
Amaso grotescas fantasías
Escribo. Sólo escribo
Filosofía de café, sopa, casa, malvones
/llego al caldero hirviente sin quemarme/
En mi mesa enlibrada
Unos vinos revuelven
la compasiva locura
y miran con desprecio
/el descarnado sitio de la medianía/